JUSTICIA / NISMAN
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Una audiencia escandalosa en el marco de la investigación por la muerte de Alberto Nisman. Su secretaria, y una de las últimas personas que lo vio con vida, Soledad Castro, quiso ampliar su testimonio con detalles de la denuncia que el titular de la UFI-AMIA preparaba contra Cristina Fernández cuando la fiscal Viviana Fein y su secretario intentaron interrumpirla acusándola de haber cambiado su declaración.
Los abogados de la mujer de Nisman acusaron a la fiscal de no querer investigar y tras los cruces la testigo terminó en llanto.
Los querellantes -representantes de los familiares de Nisman- se enfrentaron varias veces con la fiscal Fein y el secretario de la fiscalía, Bernardo Chirichella, a quien acusaron de pretender torcer la investigación, según revela el diario La Nación este jueves (3/12).
Fein lamentó que la testigo no hubiera dado, en su declaración anterior, todos los detalles que estaba brindando ahora. La testigo dijo que antes no le habían preguntado ni habían asentado todo lo que ella sabía. Eso generó varios cruces.
Chirichella le contestó que como funcionaria ella debió decir todo, que nadie se lo impedía. Ella sostuvo que contó más de lo que le consultaron. Fein, con vehemencia, le preguntó a la testigo si le habían cambiado la declaración o no.
Manuel Romero Victorica, abogado de Sandra Arroyo Salgado, acusó entonces a Fein de inquisidora. La testigo lloraba mientras Federico Casal, también abogado de Arroyo, le sacaba fotos con su celular y pedía que quedara constancia.
Todo ocurrió anteayer (1/12) en una audiencia que comenzó a las 10 y se levantó a las 17.30, cuando se decidió que continúe la semana próxima.
Según el testimonio que se pudo reconstruir de Castro, ella se quedó en la feria de enero, una de las pocas personas en las que Nisman confiaba para trabajar. El sábado previo a la muerte se contactaron por teléfono todo el día y él le anunció que la iba a necesitar el domingo al mediodía para cerrar la presentación ante el Congreso. Esa llamada fue el último contacto.
En su declaración de anteayer, Castro contó cómo habían trabajado en la denuncia contra la presidenta Cristina Kirchner. Dijo que las horas previas a su muerte Nisman estaba de muy buen ánimo y que le había encomendado tareas para el domingo y el resto de la semana.
Relató además que la denuncia se redactó en la fiscalía (no llegó de otro lado, como se sugirió en un momento) y que Nisman trabajó personalmente en su elaboración. Declaró también que ella supo de las amenazas que el dirigente de la DAIA Waldo Wolf dijo haber recibido de alguien que estaba con el juez Daniel Rafecas mientras dirigente y juez hablaban por teléfono, después de que Wolf cuestionó al magistrado.
Las supuestas amenazas fueron de muerte, según Wolf. Rafecas lo negó.
La declaración de Castro fue, básicamente, sobre la denuncia contra la Presidenta.
Cuando llevaba un rato hablando sobre eso se produjo el primer incidente. Chirichella dijo que eso no tenía mucho que ver con la causa por la muerte y Pablo Lanusse, abogado de la madre de Nisman, acusó a la fiscalía de no querer investigar la hipótesis según la cual Nisman murió por lo que denunció.
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