domingo, 13 de mayo de 2018

¿SENDEROS QUE SE BIFURCAN?

OPINIÓN / MARÍA EUGENIA VIDAL Y MAURICIO MACRI 



Por LUIS ALEJANDRO RIZZI - Abogado especializado en Derecho Comercio, con experiencia en la gestión del aerocomercio. 

"Quienes frecuentan a María Eugenia Vidal aseguran que está preocupada. El cimbronazo económico del que procura salir el Gobierno abrazado a la tabla de salvación del Fondo Monetario Internacional, está en pleno desarrollo. Y si bien en el oficialismo existen visiones optimistas sobre el desenlace de este escenario complejo, surgen incógnitas imposibles de despejar en una coyuntura de alta volatilidad. Por lo pronto, en la Provincia ya iniciaron una discreta negociación con la Nación. Una de las principales inquietudes del equipo bonaerense pasa por el recorte en el plan de obras financiado por la administración central. (...) De esos 30 mil millones de pesos que el gobierno de Mauricio Macri no invertirá este año, entre 7 y 8 mil millones serán, en principio, “pagados” por la gestión de Vidal. (...) En el Ejecutivo provincial buscan, en lo posible, amortiguar ese impacto. Se trata de un tironeo discreto y de buenos modales, al estilo PRO. (...) Para Vidal el plan de obras es clave. (...) Por eso la negociación con la Casa Rosada excede lo numérico y se torna política. (...)". 

José Picón, Diario El Día, 13/05/2018, La Plata, capital bonaerense. 


 Pienso que Mauricio Macri podría estar pensando como el personaje del cuento y además creyó que sería virtuoso protagonista en las infinitas series de tiempos divergentes y contradictorios, pero resulta que nadie existe en todos los tiempos “…en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros los dos….”.

El gobierno ya pasó sus tiempos, sin gloria y ahora con la pena del tiempo perdido, ya que en su intimidad, se tiene plena conciencia que han hecho muchas cosas mal y su soberbia les impide dar un paso al costado y al Presidente, su empecinamiento, producir los cambios de gabinete imprescindibles.

Hace tiempo escuché decir- no recuerdo a quien- que Macri y el gobierno no inspiran, no sugieren, no motivan, en todo caso inspiraron negativamente en contra del kirchnerismo/peronismo, pero no lograron generar identidad político partid aria, por eso parecería que especialmente el PRO se agotó, ya que carece de identidad propia.

En todo caso la identidad política la tiene la UCR, el otro integrante de esa coalición que es “Cambiemos”. Pero la UCR es identidad sin praxis y lo demostró las veces que gobernó y fracasó. Ni el Dr. Raúl Alfonsín ni el Dr. Fernando De la Rúa pudieron terminar sus periodos de gobierno y eso es un fracaso político, por eso difícilmente podrán ser mayoría nacional.

Por último la coalición Cívica liderada por Lilita Carrió es más bien una suerte de movimiento moralista cayendo a veces en el barro de las moralinas, en especial cuando ingresan en temas de política económica que no entienden.

Una muestra cabal fue el retiro de sus diputados cuando en el Congreso se trató el tema tarifario, carecieron de la suficiente identidad sea para defender al gobierno o para defender la declaración de emergencia tarifaria, de la cual se sentían mucho más cerca.

Me pregunto ¿cuál es su moral con respecto a “Cambiemos” y la defensa del gobierno?

Valdría aquel refrán para la gente del PRO, “cuídenme de mis amigos, porque de los enemigos sé cómo cuidarme”.

En este caso la Coalición Cívica, sucumbió ante su propia moralina y demostró que en cuanto a soberbia está a la altura del gobierno.

Volviendo al cuento de Jorge Luis Borges “…alguna vez los senderos de ese laberinto (que es Cambiemos), los senderos convergen (para echar a los K y al peronismo): por ejemplo, usted llega a esta casa (La Rosada), pero en uno de los pasados posibles (o presentes posibles) usted es mi enemigo, en otro mi amigo…”.

Como ocurre en todo laberinto tiene entrada a la confusión y al enredo, como lo dice una de las acepciones de la RAE, pero como se sale…que es lo que se deben estar preguntando Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.

Con alguna información y mucha más observación tengo derecho a pensar que a su pesar, los senderos de “Mauricio y la Mariu”, deberían comenzar a bifurcarse. María Eugenia Vidal, “malgré lui” tiene vocación de liderazgo.

En la mayoría de sus discursos apunta al tiempo mediato, sabe traducir las necesidades insatisfechas de hoy en real esperanza para pasado mañana y además sabe distanciarse cuando dice “esto que iniciamos quizás lo inauguren otros”.

Posee esa dosis necesaria de humildad y caridad que no distingue entre buenos (oficialistas) y malos (opositores de cualquier color), lo que no implica dejar de ser proba. Intenta incorporar objetivo esencial de la política.

En una palabra apunta a cicatrizar la grieta y para ello debe correr el riesgo de una posible infección. Mauricio Macri y Marcos Peña, por el contrario hacen culto de la diferencia, siguiendo probablemente algunas ideas de Duran Barba, que pueden ser útiles en el mercadeo de la política, pero como dijo el economista Rodolfo Santangelo, no sirven para gobernar.

Ellos se consideran buena gente y por lo tanto buenos, pero carecen de sensibilidad ante los conflictos de intereses, no los entienden, como lo explicó Andrés Malamud.

No tienen capacidad para colocarse en el lugar del “otro”.

Somos “los otros” los que tenemos que ponernos en el lugar de ellos y si no lo hacemos quedamos colocados en un escalón inferior.

Por eso la gente dice que “gobiernan para los ricos”, porque hacen todo lo posible para que sean vistos de esa forma, ellos se diferencian, no lo hace la gente.

Ellos son un parámetro o valor en sí mismos.

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