miércoles, 25 de marzo de 2015

ACERCA DE LA DEVALUACIÓN QUE VIENE

AGENCIA / ECONOMÍA 



 "(...) Queda claro que el ajuste cambiario será tarea ineludible de la agenda de la próxima administración." 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (InC.) Lo que no se ajusta por precio, ajusta por cantidades.

 • El dólar se aprecia en todo el mundo y las monedas de los países de la región se han devaluado entre 15% y 25%.



 • El real —una moneda clave por corresponder a nuestro principal socio comercial— ya se depreció en lo que va del año más de la mitad que todo lo que lo hizo en todo 2014 y ha alcanzado valores que no tocaba desde hace 10 años.

 • En la Argentina, en tanto, el tipo de cambio no sólo está regulado sino que es uno de los precios subsidiados de la economía, como ocurre con la energía y el transporte.

- Convertido en única ancla inflacionaria, el BCRA lo tiene prácticamente fijo.

- Desde que Vanoli asumió la presidencia del Banco Central, en octubre, el tipo oficial subió apenas 2,4% (7% anual).

- Pero la inflación depende de la oferta y demanda de dinero, en donde el tipo de cambio forma parte del cuadro pero sólo una parte.

 • Como la inflación es mucho más alta que la devaluación —lo que demuestra que en aquélla el ingrediente determinante es monetario y no cambiario—, el tipo de cambio real se aprecia.

- Ese fenómeno es también conocido como atraso cambiario.

 ** El atraso cambiario eleva el costo argentino restándole competitividad a nuestras exportaciones.

 ** Si agregamos que el saldo comercial ya venía en picada, éste no parece el mejor momento para atrasar el tipo de cambio.

 • Si no se ajusta el precio —en el caso de las divisas, el tipo de cambio— terminan ajustándose las cantidades, erosionando con mayor rapidez la posición de reservas.

- Para compensar la caída del saldo comercial y la pérdida de reservas que implica el atraso cambiario, el gobierno debió entonces recurrir a diversas formas de endeudamiento —adelantos de cerealeras, swap con China y Banco de Francia— a la vez que contempló recurrir al mercado de crédito.

 • El tipo de cambio real respecto al dólar estadounidense ya se ubica en el nivel de diciembre de 2001.

- El panorama se complica debido al fortalecimiento que está mostrando la moneda estadounidense frente a las demás monedas.

- El tipo de cambio real multilateral (TCRM) —es decir, deflactado por inflación frente a una canasta de monedas ponderadas por su participación en nuestro comercio exterior— viene sufriendo también una abrupta caída (lo que significa una fuerte apreciación).

- Claro que aquí es crucial la veracidad del indicador de inflación usado: el TCRM calculado en base al índice de inflación oficial muestra —como es de esperar— una evolución mucho más favorable que cuando se deflacta con los índices de analistas privados.

- Nótese que el atraso cambiario se hizo notar a partir de 2006, con la aceleración de la inflación.

- A contramano de la política contractiva que aplicó Fábrega, —con la emisión monetaria operando a un ritmo de 18,4%, muy inferior al de la inflación— Vanoli está expandiendo la base 34,3% interanual.

- Esta aceleración en la emisión monetaria dará aire a la inflación en el 2do. semestre, lo que hundirá aun más el TCRM.

 • A este problema se agrega una disminución de US$ 5.000 millones en las exportaciones sojeras por efecto de los menores precios.

- Los precios de los principales commodities que exportamos han perdido entre US$ 100 y US$ 150 respecto a un año atrás.

- A partir de 2012 nuestros términos de intercambio comenzaron una etapa de deterioro, que ya acumula 18%, complicando nuestra capacidad de generar divisas.

- Sin la ayuda de los precios, las exportaciones sufren también caídas en volúmenes.

 ** Los datos de enero, profundizaron esa tendencia, con una derrumbe de 30% en las cantidades exportadas de productos industriales.

 ** Este será el cuarto año consecutivo de caída de nuestras exportaciones.

 ** Las 2 próximas semanas constituyen la última oportunidad para efectuar un ajuste del tipo de cambio que estimule las liquidaciones de los productores, que de lo contrario centrarán sus expectativas en el cambio de administración.

 • Sin embargo, pese a la acuciante escasez de divisas, el gobierno no da señales de que vaya a corregir el inocultable atraso cambiario.

- Por ello, buscará implementar nuevos segmentos del acuerdo de swap con China y seguramente también intente tomar deuda en moneda extranjera en el mercado local.

- Los reclamos de los hold–outs y la firme reacción del juez Griesa ante los primeros sondeos desbarataron los planes de colocar deuda en el exterior y hacen tambalear el intento de llegar a diciembre sin una devaluación que recupere parte del terreno perdido a manos de la inflación.

- En estas condiciones, las importaciones y el nivel de actividad seguirán siendo la variable de ajuste para mantener la estabilidad cambiaria.

 • Paradojalmente, el ciclo kirchnerista finaliza con un nivel de atraso cambiario similar al de las últimas semanas del régimen de convertibilidad, también afectada por la devaluación del real brasileño y la recesión local.

- Si el gobierno logra mantenerse firme en su plan —nos referimos, al menos, al que proclama—, el tipo de cambio se ubicaría en torno a $ 9,50 al momento de la entrega del mando presidencial.

- En ese escenario, el peso sería objeto de una apreciación adicional, en términos reales, de 12% ó más. • En todo caso, queda claro que el ajuste cambiario será tarea ineludible de la agenda de la próxima administración.

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