AGENCIA / OPINIÓN
Por RAÚL ACOSTA
ROSARIO (La Vereda de Enfrente). Este domingo son las PASO: Primarias, Abiertas, Simultáneas, Obligatorias. No hay que confundirse. O no hay que comerse la curva.
Las elecciones son importantes.
Algunas cosas mucho más importantes que otras. Por ejemplo: hay cuestionamientos muy serios sobre la señora intendente, Mónica Fein, que debe dirimir con Javkin la posibilidad de una candidatura a Intendente; eso indica que hay, por lo menos, dos o tres socialismos y varios radicalismos dentro del Frente Progresista Cívico y Social.
Pero eso lleva a una calentura, entonces, tal vez, en esto, que no define quién va a ser intendente sino quién va a ser candidato de cada frente o partido, la señora Mónica Fein hasta puede tener muchos votos o muchos más que otros candidatos.
¿Quiénes son los otros candidatos?
Bueno, uno es Anita Martínez, por el PRO Peronismo. Anita no compite con nadie. Entonces, quien vaya a votarla va a votarla por un “te quiero mucho Anita”. Pero no es el voto definitivo, que es el 14 de junio.
Quienes no quieren a Mónica Fein no la van a votar el 14 de junio, y elegirán a otra. La señora Mónica Fein está con un 20% tal vez 22% de intención de voto. 25% cuanto más.
La última y más fea elección fue la de Cappiello, elección de medio término, con el 28%. Ha disminuido eso y han crecido las tres o cuatro variables: Anita Martínez (PRO) Suckerman (FpV), Grandinetti (Frente Renovador), esas son las variantes.
Pero Suckerman no tiene muchos enemigos. Y de hecho, Grandinetti tampoco. Así que quienes voten a Anita Martínez, como quienes voten a Grandinetti, están votando por “Te quiero mucho, Negro”.
Hay que votarlos el 14/05 si no se quiere la continuidad de Mónica Fein, que casi seguro le gana a Javkin.
En las elecciones a gobernador también hay que leer lo mismo. Están palo a palo, y le diría que está el Midachi arriba de Lifschitz, 26 a 25 o por ahí.
¿Pero qué pasa? Hay 12 puntos de Barletta.
Barletta va a perder con Lifschitz.
Lifschitz, rosarino, que lleva a Fascendini, que acá no existe, no tiene medición –Lifschitz sí tiene, y mucho- y Barletta que.
Lleva al rosarino Malaponte. Lo de Malaponte es peor porque, que a Fascendini no lo conozcan en Rosario, bueno, puede ser, finalmente es un gringo del norte radical, que no tiene la más mínima incidencia en la región, en el sur santafesino.
Pero que no lo conozcan a Malaponte es muy triste, porque es de la familia Malaponte. Tessio-Malaponte fue la última historia radical de la provincia.
¿Qué es lo que pasa allí? Barletta no le va a ganar a Lifschitz. Y Lifschitz tiene un empate teórico con el Midachi. Lo que se preguntan todos es dónde van a ir los 12 puntos que mide Barletta. ¿Van a ir ahí o van a decir “basta de Socialismo, vamos con Boasso, vamos con Macri, vamos con Morales”? Porque los radicales, fuera de la provincia, están con Macri.
En esa discusión perderemos el tiempo desde el lunes. A este lunes, entonces, ojo: ni Lifschitz le gana al Midachi, ni el Midachi le gana a Lifschitz. Pero cuidado, si el Midachi le gana a Lifschitz en esta, que no es por nada y es de mentirita, lo que debe hacer Lifschitz es decir: “Barletta, vení, conversemos, que no se pierda ningún voto, todos adentro”.
Porque, repito, Lifschitz y Barletta juegan una partida, el Midachi juega una de mentirita.
¿Qué queda por fuera de eso? Bueno, quedan dos candidatos inexistentes, que son Eduardo Bussi, no reconocido por Sergio Massa, y Oscar Cachi Martínez, que no es que no sea reconocido por Sergio Massa, ya que es un par de Sergio Massa.
Sergio Massa es diputado. Cachi Martínez es diputado. Cuando Sergio Massa dijo “me voy del kirchnerismo”, uno de los doce apóstolos que se fueron es Oscar Cachi Martínez.
Sergio Massa no le puede decir a Cachi Martínez “bajate”, porque tiene el mismo rango. Y por tanto Cachi Martínez allí va a quedar. ¿Cuántos votos conseguirá en el sur? pocos, pero por lo menos los votos de Cachi Martínez son gestionados económicamente por Oscar Cachi Martínez.
Los votos de Buzzi, vaya uno a saber.
¿Cuál es el otro peronismo? El otro peronismo tampoco tiene un afincamiento grande en el sur santafesino. Omar Perotti es un fracasado intendente de Rafaela que perdió, traicionó, en una interna dijo que iba para un lado, para otro, terminó de diputado K. Ahora, de diputado K, quiere darle un besito a Scioli. Bueno, eso está en el siguiente párrafo.
Si fuera Cristina la candidata, en la provincia de Santa Fe, tiene 38 puntos. Si fuera Cristina. Perotti tiene 12. ¿Cómo hace Perotti para llegar de 12 a 38? Milagro.
No creemos en los milagros, y mucho menos en una interna. Tal vez en la general, el 14 de junio, cuando venga Randazzo y le dé un beso, cuando venga Berni y le dé un beso, cuando venga Cristina y le dé un beso, Perotti llegue al 18. Porque no es Cristina.
Debajo de Perotti, ¿quién está?
Está el pibe Ramos, un empleado de De Vido. No es mucho eso. Y después, para abajo, hay un lío bárbaro. ¿Por qué hay un lío bárbaro? Porque en esa interna está Héctor Cavallero, que es Socialista, y Luis Rubeo, que es Peronista, y Suckerman, que es peronista, y Norma López, que es peronista. Un lío bárbaro.
¿Cómo van a votar los peronistas? Y... si los peronistas votan a un socialista o votan a un peronista, no es mi problema. Lo que sí sé es que Omar Perotti tampoco compite con mucha gente.
De modo que estas PASO serán una súper encuesta de todos aquellos que ya tienen definido su voto. Los que voten en esta elección son los que tienen definido su voto. “Voto a… fulanito”. Y van y votan.
Después queda un voto corcho, que da vuelta; la izquierda que dice “este sistema es un mierda, vóteme para participar en este sistema”, va por lo suyo; y la ultra derecha también.
Y hay, en la región sur, 100.000 votos volantes. En las últimas elecciones –yo le pido que se fije porque esto está estudiado, no lo inventé yo- hay 100.000 votos volantes.
¿Qué quiere decir esto? Agrupaciones de 2, 3, 4, 14, que no llegan a nada. Cuando los sumás, sumás 100.000 votos. Por estos votos van los pastores, que tienen una lista. Por estos votos va José Bonacci, independiente que tiene una lista. Por estos votos van algunos gremialistas, que tienen una lista.
Porque 100.000 votos volantes, si alguien los logra acomodar para su sector, son muchos votos.
¿Cómo se resuelve esto? El lunes conversamos.
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