POLÍTICA / SIN BILLETERA
Desde que regresó a la vida pública con su presentación a declarar en Comodoro Py por la causa de venta de dólares a futuro, Cristina de Kirchner está impulsando su eventual candidatura para el 2019, buscando acceder a fueros que la mantengan fuera del alcance de la Justicia.
En ese contexto es que se reunió recientemente con 50 intendentes bonaerenses precisamente buscando apoyo, aunque con una gran dificultad: no dispone de la cuantiosa caja del Estado para ejercer su dominio y aleccionar o adoctrinar a sus apoyos.
Así lo analiza Mariano Pérez de Eulate en un reporte titulado "Cómo seducir sin billetera, el dilema de Cristina":
Cristina Kirchner produjo el lunes el segundo acontecimiento político de relativa importancia en el mundo peronista desde su reaparición pública: encabezó la publicitada reunión con unos 50 intendentes de la Provincia deBuenos Aires en su nuevo bunker porteño.
La movilización de la semana anterior a Tribunales, cuando tuvo que declarar como imputada ante el juez Claudio Bonadío, había sido el primero.
La tropa cristinista se esmeró por definir al encuentro del lunes como una ratificación del liderazgo partidario de la ex presidenta.
Es un análisis apasionado pero que, en verdad, tiende a relativizarse cuando asistentes al cónclave hablan fuera de micrófono.
“Fuimos a escuchar”, repiten fuentes calificadas consultadas por este diario y admiten que a Cristina se la respeta y se le reconocen logros en materia social durante su mandato. Pero también aclaran que la ex presidenta enfrenta ahora al desafío de construir ante ellos un nuevo tipo de liderazgo, ya no regido por la “billetera” sino por la construcción política real y visceral.
Son muchos los que piensan, y esto se habló en reuniones previas a la cumbre del lunes, que eso solo sería posible en un escenario en el que al gobierno macrista le vaya muy mal en el mediano plazo.
El reconocido analista Sergio Berensztein explicó en un reciente artículo que ese trabajo que debería encarar Cristina tiene limitaciones discursivas y estratégicas porque propone una nueva construcción política desde la sociedad civil, con un Frente Ciudadano que busca capitalizar el desgaste de un gobierno (el de Mauricio Macri) que está pagando el precio de desmontar las situaciones explosivas que ella misma dejó.
Dice Berensztein: “Cristina, que siempre pensó y construyó poder desde el Estado, que concibe la política sólo en términos de gasto público, que disciplinó y castigó a mansalva gracias al uso discrecional de los recursos de los contribuyentes, pretende volver anclada en los mismos movimientos sociales que condujo a la derrota desde la Casa Rosada. Poco probable”.
INTENDENTES CON REPAROS
Algo similar piensan muchos intendentes, aunque no lo dicen. Pero sí demostraron sus reparos al evitar la movilización de gente propia o no mostrarse abiertamente en aquel acto político montado en Comodoro Py.
Otro grupo, probablemente una veintena de los 50 que asistieron a la mentada reunión, sí se definen incondicionales y actúan en consecuencia: teléfono en mano, Patricio Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi (Avellaneda) o Mario Secco (Ensenada), actuaron de hecho como convocantes, llamando a varios colegas para que asistieran.
Al polo de jefes comunales más volcados a redefinir la vida interna del PJ desde un post kirchnerismo, en cambio, tuvo que llamarlo, según el caso, Oscar Parrilli o Wado de Pedro; que es casi como decir que hablaba la propia ex presidenta.
Un dato político del encuentro fue la ausencia de gente de La Cámpora. Un gesto pequeño de Cristina a los intendentes, que han tenido muy malas relaciones con la agrupación juvenil. El diputado Julio de Vido sí estuvo, sentado en el fondo del salón. Mensaje inequívoco: se vienen tiempos judiciales complicados para el ex ministro todopoderoso y Cristina pretendería solidaridad de los jefes comunales.
Es altamente improbable ver a un malón de intendentes poniendo las manos en el fuego por quien digitó, para bien o para mal de muchos de ellos, la obra pública de la última década.
Hubo respetuosos pases de factura en el encuentro.
Randazzo, ligó una referencia sin nombre. También la campaña de Daniel Scioli
Es verdad que hubo respetuosos pases de facturas en el encuentro. Florencio Randazzo, que se bajó de una candidatura a gobernador, ligó una referencia sin nombre de parte de Cristina.
También la campaña de Daniel Scioli, cara visible de la derrota aún cuando no tuvo influencia en la estrategia electoral. Pero también existió algún palazo a aquellos intendentes del conurbano, muchos de ellos estrenando cargos, que operaron para que el PJ apoye la autorización para el abultado endeudamiento que consiguió la gobernadora María Eugenia Vidal en la Legislatura.
“Nosotros tenemos que gobernar; ella no”, se explica en ese bando a modo de respuesta. Buena noticia para ellos: ya se les comunicó desde el gobierno provincial que se vienen los desembolsos de fondos prometidos para obra pública y mejoras en la seguridad de sus distritos.
No es menor el dato: durante el sciolismo, la intermediación de la Provincia en estos temas había desaparecido porque todo se decidía en la Nación.
EL INTERBLOQUE
Un tercer hecho político de la vuelta de Cristina tiene repercusión en la Legislatura. La decisión del Frente para la Victoria/PJ de evitar una “fractura expuesta” del bloque de Diputados y crear, en cambio, un interbloque que junte a los tres sectores en los que hoy se divide ese espacio, reconocería parte de su raíz en el cimbronazo interno que produjo la ex presidenta.
“Ahora no es el momento de romper”, explican incluso los que antes parecían más cebados para definir la nueva conducción separando bancadas, como sucedió en el Senado.
No lo dicen, pero todos esperan para ver cómo evoluciona la nueva realidad política con la ex presidenta en la cancha y su destino inminente en materia judicial.
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