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Poco más de 100 días en el Gobierno y Horacio Rodríguez Larreta desenfunda un proyecto clave para su ambición política 2019que, inevitablemente, o pasa por la reelección en el Gobierno de la Ciudad o lo lleva hacia la ambición de otra vez heredero de Mauricio Macri: el Paseo del Bajo, la conexión de las autopistas Buenos Aires-La Plata e Illia y la creación 90.000 m2 en el que se pueden construir entre 200.000 y 250.000 m2 en torres.
Inevitable preguntarse: ¿y qué pasará con la Villa 31, enorme, no urbanizada y quizá no urbanizable, apostada a la vera de todo ese boom planificado?
Mejor no irse de foco de la ambición de Horacio: más de 6 kilómetros en trinchera abierta de 4 carriles para camiones y ómnibus de larga distancia desde la Autopista Buenos Aires-La Plata, las avenidas Ramos Mejía, Antártida Argentina y Castillo hasta su empalme con la Autopista Illia, y al costado los carriles para el tránsito liviano, separados por un boulevard de uso exclusivo para autos y colectivos de corta distancia.
Es una iniciativa demorada desde 1969 que se licitará en julio y la inauguración ocurrirá en marzo de 2019, el año de las elecciones.
A lo largo de la traza, 60.000 m2 de espacios verdes, y el desarrollo inmobiliario.
Obviamente el argumento relevante es mejorar la circulación cotidiana de más de 25.000 vehículos, entre ellos casi 10.000 camiones.
¿Cómo se pagan los US$ 650 millones?
El proyecto es de la empresa estatal AUSA junto a la Corporación Puerto Madero que consigue US$ 400 millones del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el resto surgirá del desarrollo inmobiliario en terrenos ferroviarios linderos a la futura autopista.
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