MUNDO / DATOS OFICIALES
El gobierno constitucional de Turquía recuperó el control total del país después del fallido y sangriento intento de golpe militar que se inició en la noche del viernes y que se saldó con 161 muertos y 2.893 militares detenidos, informó este sábado el primer ministro turco, Benali Yildirim.
Según la agencia turca Anadolu, hay más de 1.100 heridos.
"La situación está bajo control", aseguró el islamista Yildirim, al precisar que murieron 20 de los soldados golpistas, lo que contradice la cifra ofrecida poco antes por el propio Ejército turco de 104 fallecidos.
Cientos de militares implicados en la violenta intentona golpista se rindieron este sábado.
Ümit Dünar, nombrado en la mañana de este sábado jefe interino del Estado Mayor de Turquía (el titular, general Hulusi Akar, había sido secuestrado por los golpistas) informó de la fallida asonada militar.
"El intento de golpe de Estado fue rechazado desde el inicio por la comandancia (del Ejército). Una solidaridad histórica en Turquía hizo fracasar el intento golpista", aseveró Dünar, según informa la agencia EFE.
El Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT) ya había dado en la noche del viernes por fallida la intentona, pero los combates continuaron hasta la mañana de este sábado, si bien todos los medios informaban de un número creciente de rendiciones.
Poco después de las 22 (16 de Argentina) del viernes, la población de Ankara fue sorprendida por unos inesperados movimientos de tropas y el paso rasante de aviones militares, mientras se oían disparos cerca del cuartel del Estado Mayor.
Los militares golpistas cerraron dos puentes sobre el Bósforo en Estambul y ocuparon los aeropuertos internacionales de esa ciudad y de Ankara, los cerraron al público y cancelaron todos los vuelos, además de secuestrar al jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, quien fue liberado este sábado y trasladado en helicóptero a un centro de crisis.
Unas dos horas después enviaron un comunicado electrónico a la prensa en el que afirmaban haber tomado el control en todo el país y advertían que imponían la ley marcial.
El aeropuerto internacional Atatürk de Estambul, el mayor del país, fue uno de los lugares más rápidamente liberado de los militares que lo habían ocupado en la noche del viernes.
Poco después de la liberación del aeropuerto, aterrizó en su pista el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, proveniente de la localidad turística de Bodrum, al sur de Turquía, y en una comunicación telefónica a una televisión transmitida en directo, llamó a la población a resistir.
Así, decenas de miles de ciudadanos salieron a las calles de Ankara y Estambul enarbolando banderas turcas para rechazar el golpe.
Los golpistas bombardearon con cazas y helicópteros el Palacio Presidencial, el Parlamento y la Dirección de Seguridad en Ankara.
También en torno a esos edificios, así como a la sede del Estado Mayor, se produjeron violentos enfrentamientos entre los golpistas, por un lado, y policías, gendarmes y soldados leales al gobierno, por el otro.
Los medios turcos informaron que militares rebeldes dispararon contra la multitud que protestaba contra el levantamiento y trataba de cruzar uno de los puentes que unen la parte asiática de la ciudad con la europea, y que había sido tomado por los golpistas.
Por los hechos, el Ministerio de Interior turco destituyó a 5 generales y a 29 coroneles.
Erdogan, por su parte y en una posterior mensaje en persona ofrecido en Estambul, calificó la acción de los militares rebeldes como "un regalo de dios que permitirá limpiar el Ejército" y prometió castigar a los responsables.
"Esto es traición. Pagarán un precio muy alto", amenazó el jefe del Estado y hombre fuerte del país. (T)
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