Así como el Citi se desprende de toda la cartera de público masivo, el que suele llenar los salones con largas colas, y se dedica a atender a empresas en oficinas “de segundo piso”, aparece una nueva generación de financistas con un sistema de pagos por internet Pay U pidiendo licencia al Banco Central, los intermediarios de bitcoins y ahora una tarjeta prepaga que lanza MasterCard que no requiere pasar por banco y el propio usuario puede controlar.
Hasta las entidades tradicionales, como acaece con los datos, sacan los pies de la tierra y se trepan a la nube, pero ello no obedece a que perciban una pérdida de confianza por parte del público, sino a que se adaptan al arrollador avance de la tecnología, y sienten que en ese terreno las empresas techs, como Google, les sacaron ventajas.
Tampoco el hecho de que haya habido este mes una deserción en los plazos fijos en medio de una expansión monetaria importante significa que los bancos sean menos confiables, sino que la tasa que ofrecen no le conviene a la gente en un contexto inflacionario ascendente, como el actual.
La UB elaboró un índice de confianza al sistema financiero que dio negativo y adujo que fue porque hubo una cantidad de dinero que creció por encima de los plazos fijos.
Si fue a precios es porque la opción, voluntaria o forzada, fue consumir antes que ahorrar, o porque la tasa no convencía. No por la reacción que hubo en Europa contra la banca a partir del Brexit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario