SOCIEDAD / ACTUALIDAD
La espera para ingresar al santuario data de varios días y se fue intensificando en las últimas horas con largas filas a lo largo de la calle Byron, a un lado y al otro, que se extiende unas seis cuadras desde la Autopista Perito Moreno hasta Cuzco 150, donde se encuentra la iglesia.
Algunas carpas y sillas dan cuenta de la permanencia de la gente en el lugar desde hace varios días, en tanto los puestos de comidas, baños químicos y los tradicionales stands de venta de imágenes del santo y otros artículos religiosos colman el paso de la gente que se va sumando a la vigilia.
"Llegué el miércoles pasado, vengo hace 15 años, hubo épocas en que agradecí y otras en que pedí por trabajo, como esta vez que mi marido perdió el empleo", dijo Noemí de Ituzaingó, que permanecía junto a dos de sus hijos y su cuñada, tras añadir que "mi marido no pudo venir esta vez porque está muy engripado, por eso también le pido a San Cayetano por su salud y le vengo a agradecer porque siempre me acompañó".
En cambio Juan, de 27 años, que llegó está mañana desde Quilmes con su novia y su equipo de mate, vino para "agradecer por trabajo; este es el tercer año que vengo. Pasé muy malos momentos y por eso ahora vengo a agradecer, y también como ella está embarazada, pedimos que salga todo bien".
"Yo no tengo suerte", disparó Lidia, una mujer ubicada en la fila unos pasos más atrás oriunda de Lomas de Zamora, "apenas hago algunas changas para mantenernos con mis hijos", expresó.
Un grupo de jóvenes, entre los que está Natalia, llegó al santuario "a pedir y agradecer. Somos de una parroquia y siempre acompañamos esta celebración.
Yo en particular vengo a agradecer que mi familia está bien, pero ella -dijo señalando a una de las integrantes del grupo- está buscando trabajo y vino a pedirle al santo", explicó bajo un sol que amaneció hoy decidido a cobijar a la gente.
"Soy de Córdoba y somos un grupo que nos quedamos sin trabajo porque la empresa cerró, yo vine a pedir por mi y mis compañeros porque ellos no pudieron venir", contó una joven que se había sumado a una conversación con otros gente oriunda de su provincia.
Bajo el lema que propone la Iglesia este año -"San Cayetano necesitamos tu abrazo de amor para seguir caminando”- la celebración comenzará, como en cada festividad, a la cero hora de mañana, cuando se abran las puertas del santuario y se dé paso a los peregrinos.
A partir de las 4 y hasta las 11 se oficiarán misas a cada hora, y entre las 13 y las 23 cada dos, en el altar levantado sobre la calle Cuzco, en tanto la misa central será a las 11 y estará presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli.
Además, organizaciones sociales de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, con el acompañamiento de las dos CTA, gremios enrolados en la CGT y sectores vinculados a la Pastoral Social de la Iglesia Católica, marcharán mañana desde San Cayetano hasta Plaza de Mayo bajo la consigna "Pan, Trabajo, Techo y Ni un pibe menos por la droga".
La celebración popular adquiere así un colorido diferente al de otros años en que los pedidos y agradecimientos tenían un carácter individual, familiar, de amigos o de núcleos parroquiales, para sumar en esta ocasión un pedido colectivo y organizado de trabajadores.
En su reciente carta al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, el Papa Francisco afirmó que "seguimos viviendo momentos en los cuales los índices de desocupación son significativamente altos", y agregó, a propósito de esta celebración, que "cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad; y en esta celebración de San Cayetano pedimos esa dignidad que nos confiere el trabajo; poder llevar el pan a casa". (Télam)
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