SOCIEDAD / ISIDRO CASANOVA
(TN) - Gustavo Maidana tenía 35 años, trabajaba como mecánico y era papá de dos hijos: un varón y una beba de un año y medio. Lo mataron a sangre fría el sábado a la noche cuando llegaba a su casa en la localidad bonaerense de Isidro Casanova junto a su primo. No se resistió, pero aunque ya tenían su moto, los delincuentes le dispararon mientras escapaban.
El único testigo del crimen, fue el adolescente de 18 años que acompañaba a la víctima cuando ocurrió. También fue el responsable de llevarlo al Hospital Paroissien, donde a pesar de los esfuerzos que hicieron los médicos para salvarlo murió por la gravedad de sus heridas.
“Mi negro. Mi vidaaa... Luchando con ese maldito cáncer, venías tan bien y estos hdp te arrebataron la vida... Tengo un gran dolor, te juro que no caigo, negrito. Cómo vamos a hacer para explicarle a Valen y a Mía que su papá ya no está. Mi negrito, te juro que no entiendo nada. Sólo pido despertar de esta maldita pesadilla... Te amo muchísimo, hermanito mío...”, escribió la hermana de Gustavo en su perfil de Facebook.
Y agregó: “Quiero que me digan que todo esto es mentira, gordito. Te juro que no caigo. Miro hacia afuera esperando que vuelvas, hermanito mío. Volvé, dale”.
El dolor y el reclamo de justicia se mezclaron en las últimas horas, mientras sus amigos y familiares despedían sus restos a cinco cuadras del lugar donde lo mataron.
El fiscal a cargo de la investigación, Carlos Arribas, pidió las cámaras de seguridad de la zona para tratar de identificar a los dos sospechosos que, hasta el momento, siguen prófugos.
La declaración del primo será una pieza clave para tratar de esclarecer el móvil del crimen ya que, aunque la primera hipótesis fue un homicidio en ocasión de robo, la moto de la víctima apareció abandonada poco después del hecho.
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