Elisa Carrió y Mauricio Macri ¿una sociedad con fecha de vencimiento? |
(U24) - Esta vez el enojo de Elisa Carrió alcanzó niveles mucho mayores a los que hasta ahora se habían visto con sus socios de la alianza gobernante. La legisladora tuvo una semana de furia desde que se frustró su asunción en la comisión bicameral encargada del seguimiento del Ministerio Público.
Acusó al peronismo de haberse complotado para dejar sin quórum al cuerpo y hacer fracasar su designación. Tras esto, renunció a su postulación y deslizó sospechas sobre sus aliados de Cambiemos de cierta connivencia con los senadores y diputados opositores.
Luego vinieron las declaraciones públicas de Germán Garavano sobre la detención de Cristina Kirchner y el abuso de las prisiones preventivas. La diputada respondió primero a través de la red social Twitter y luego motorizó un pedido de juicio político contra el ministro de Justicia.
La reacción de Carrió parece exagerada por tratarse solo de una opinión del funcionario, que luego salió a aclarar sus dichos mientras Mauricio Macri intentaba calmarla telefónicamente.
Antes, Marcos Peña y Rogelio Frigerio se habían reunido con los diputados de la Coalición Cívica y se habían llevado la confirmación de que su líder no volvería atrás con el intento de juzgar a Garavano y que comenzaría el procedimiento parlamentario la semana que viene.
En el PRO creen aún que Macri puede convencer a la diputada de desistir del juicio político. De todos modos la comisión encargada de tratarlo está presidida por un hombre del macrismo que ya adelantó su posición en línea con la posición de Garavano.
Pero Carrió también ve la sombra de Daniel Angelici detrás del ministro. No olvida que en febrero pasado hubo abogados ligados al presidente de Boca Juniors que no solicitaron penas para los exfiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA.
Un sector del PRO opina que lo que está haciendo Carrió es buscar una excusa para irse de la alianza porque cree que los desaguisados económicos del Gobierno ya condenaron la suerte electoral de Cambiemos y no quiere ser arrastrada a un fracaso en 2019. La presión también llega desde sus dirigentes.
En esa línea, muchos en Cambiemos creen que la Coalición Cívica romperá, aunque no ahora, sino durante 2019. Hay un sector del macrismo que espera con ansiedad la salida de la diputada para concretar su estrategia de sumar al peronismo a Cambiemos.
Es la vieja idea de dirigentes como el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó o del ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Ellos hacen el siguiente cálculo electoral: Cambiemos se fortalecería y de paso le restaría votos al peronismo opositor.
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