Eduardo Eurnekian. |
(U24) - Miguel Tezanos Pintos, subsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, afirma que “cuando alguien multiplica una semilla, está utilizando un derecho, que hay que pagarlo”, pero muchos productores locales no creen eso.
De hecho el 90% de los ingresos del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) provienen de regalías cobradas en Brasil.
El caso emblemático es el de la soja: en los últimos 35 años, la mejora fue de 28 kilos por hectárea por año, un aumento del 50% más desde el punto inicial (1980). Pero la genética disponible se ha estancado, y la soja argentina ha perdido competitividad en el mercado global, lo que provoca un menor precio.
Desde la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) recuerdan que en 50 años, se aumentó 100% la producción por hectárea de algodón gracias al mejoramiento genético.
De todos modos, los productos más modernos no llegan, para frustración de Eduardo Eurnekian, recuerda la agencia Bloomberg.
Eurnekian reclama una legislación moderna de propiedad intelectual pero aún en la Sociedad Rural Argentina abundan las restricciones que, en parte, terminan coincidiendo con La Cámpora: el diputado correntino José Ruiz Aragón -acompañado por Agustín Rossi y Máximo Kirchner, entre otros diputados del Frente para la Victoria- impulsa la iniciativa que prohíbe la propiedad intelectual, consagra el derecho al uso propio sin restricción y protege las semillas nativas y criollas, basado en la soberanía alimentaria y una agricultura de tipo tradicional y agroecológica.
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