FÚTBOL / LIGA ESPAÑOLA
Se impuso por 4-0 en el clásico en el Bernabéu con goles de Suárez (2), Neymar e Iniesta. La Pulga ingresó en el segundo tiempo, en su regreso después de 56 días sin fútbol.
Salió lesionado Mascherano.
Fue una paliza histórica. Fue una goleada que quedará en el recuerdo de los hinchas. Y fue también un día que Lionel Messi no olvidará.
Aunque no marcó goles, en el triunfo del Barcelona sobre Real Madrid por 4-0 en el Santiago Bernabéu, La Pulga volvió a jugar después de 56 días alejado de las canchas por una lesión ligamentaria.
Es cierto que fue un actor secundario, pero la sonrisa volvió a dibujársele en el rostro gracias a los goles de sus amigos Luis Suárez (2), Neymar e Iniesta, los verdaderos protagonistas de la fiesta catalana en la Casa Blanca.
Desde el arranque, Barcelona fue mejor y dominó a su antojo un clásico en el que su rival estuvo casi todo el tiempo dormido. Los catalanes no le dieron respiro al Real, que no pudo reaccionar desde que a los 10 minutos Barcelona se puso en ventaja.
La visita ya había amenazado a los 6 cuando Neymar sacó un remate desviado, pero fue Suárez el que no falló frente a la red. Sergi Roberto rompió con la estructurada defensa del Real Madrid y habilitó al uruguayo, que con calidad marcó un verdadero golazo -con 24 toques- para que el cero se rompiera rápidamente.
Lejos de reaccionar, fue nuevamente el Barsa el que se acercó al gol, a los 24, cuando Iniesta recuperó una pelota en el medio y lo buscó a Rakitic, quien se la cedió a Sergi Roberto, cuyo remate se fue alto.
Sin embargo, no todo lo que le pasaba al equipo catalán era positivo: tres minutos después, Javier Mascherano salía lesionado. El argentino venía dolorido de un choque con James Rodríguez en el arranque del partido y, tras un ataque del Real, pidió el cambio; por eso, lo reemplazó Mathieu.
La respuesta inmediata del local fue un potente remate del colombiano que contuvo un preciso Claudio Bravo.
Aunque sí disfrutaba a través de ellos, en Barcelona no solo se destacaban los delanteros sudamericanos.
En cancha estaba un verdadero mago del fútbol: Iniesta. Fue él quien habilitó a Neymar para que el brasileño conquistara el segundo gol, con un remate que se coló por debajo del arquero Keylor Navas.
Ya en tiempo de descuento fue Suárez el que se perdió el tercero, cuando sacó un tiro dentro del área que Marcelo sacó bajo los palos. El rebote le quedó a Rakitic, que remató alto. Todo se dio ante un Madrid sin reacción y con un Cristiano Ronaldo todavía dormido.
Esa reacción que se esperaba en el local llegó en el arranque del segundo tiempo. Primero a través de Marcelo, quien desbordó y sacó un remate que se fue directo afuera. Luego, James Rodríguez probó con un disparo potente y obligó a la reacción del chileno Bravo. Pero al local le faltaba efectividad y, mientras tanto, afuera calentaba Messi.
Esas dos jugadas, entonces, se convirtieron en apenas un espejismo porque en el Bernabéu el único dominador era el Barcelona, que después de un tiro libre de Neymar que sacó Navas, fabricó un verdadero golazo, a los 8 minutos.
La definición exquisita fue de Iniesta, tras una habilitación de taco de Neymar. Entonces, todos corrieron a abrazarlo a Messi, quien dos minutos después y con el 3-0 saltó a la cancha.
La Pulga coqueteó con el gol a los 20 minutos, con otra gran jugada colectiva del Barsa en la que Leo fue habilitado de taco por Neymar. Poco después, Messi probó de tiro libre pero su remate dio en la barrera y generó la contra del Real, que terminó con una gran atajada de Bravo para ahogarle el descuento a Cristiano Ronaldo.
Pero al 10 del Barsa lo esperaba un papel más especial: participar de uno de los mejores goles de la temporada, que terminó con la habilitación de Neymar y el segundo gol de Suárez.
El baile del Barsa en el Bernabéu era tal que los hinchas del Real Madrid no dudaron en levantarse de su asiento para aplaudir a Iniesta cuando Luis Enrique dispuso el ingreso de Munir por él.
No importó la rivalidad: los amantes del fútbol reconocieron con una ovación a un hombre que siempre trata bien a la pelota.
Aunque Real Madrid intentó ir por el descuento, y tuvo buenas ocasiones para hacerlo, el desenlace estaba escrito, y por eso muchos hinchas no esperaron al pitazo final para abandonar el estadio, sobre todo tras la expulsión de Isco.
Barcelona dio una lección de fútbol ante el rival al que más le gusta ganarle y se llevó tres puntos importantes en su lucha por un nuevo título. (www.clarin.com)
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