PARANÁ (U24 Entre Ríos) En el gobierno entrerriano, y en su entorno más cercano, nadie quiere pensar en otra cosa que no sea en un triunfo de Daniel Scioli el 22/11, aunque muchos creen que eso solo ocurrirá si hay un milagro celestial.
Ellos vivieron durante 12 años envueltos en un relato, que a muchos los transformó en millonarios, pero que nunca les permitió ver la realidad más allá de sus narices, y por eso prefieren seguir soñando.
Sin embargo hay otra realidad y será alguien del mismo palo quien deberá enfrentarla. Pero ya no habrá lugar para más relato. Con la provincia quebrada, sin plata para asumir el pago de sueldos, aguinaldos, vencimientos de deudas, pago a proveedores y contratistas, el gobernador electo, Gustavo Bordet, deberá implementar un plan para enfrentar esa coyuntura.
Hasta ahora pareciera que él prefiere que se resuelva quien será el nuevo presidente antes de tomar alguna definición, y una vez definido, en los 18 días que tendrá antes de asumir, buscar la forma de articular alguna solución.
Bordet ya tendría varias promesas de parte de Daniel Scioli si resultara electo, que le darían la posibilidad de contar con una rápida ayuda que al menos le permitirán la posibilidad de enfrentar los primeros meses de gobierno, pero eso le restará posibilidades políticas ya que el interlocutor para ejecutar esas promesas es nada menos que el actual gobernador Sergio Urribarri, quien de esa forma se asegura dos cosas: Seguir siendo el mandamás del kirchnerismo entrerriano y evitar cualquier intento de investigación sobre él y su gobierno.
Sin embargo si se cumple el vaticinio de casi todas las encuestadoras, que dan ganador al candidato del frente Cambiemos, Mauricio Macri, las cosas cambiarán medularmente. Incluso muchos dentro del PJ entrerriano no creen en un triunfo de Daniel Scioli.
Varios de ellos, abierta o disimuladamente, a lo largo y ancho de la provincia, trabajan para asegurar un triunfo de Macri mucho más amplio que el que ya consiguió el 25/10.
Bordet, en tanto, y tal como corresponde, sigue apoyando al candidato del espacio al que pertenece, pero en este punto hay que señalar algo muy importante: Bordet no es Urribarri. El gobernador electo tiene otra concepción de la responsabilidad y de cuál debe ser el papel de un gobernante y eso lo pone muy lejos de los propósitos del “gran soñador”.
Bordet sabe que el 22/11, si gana Macri, se terminarán los formalismos y las palabras de compromiso y que su única obligación será con todos los entrerrianos. Por eso no deberá causar ninguna sorpresa, que si quien gana el balotaje es Mauricio Macri, que el nuevo mandatario provincial buscara la forma de entablar un rápido enlace con el entorno del nuevo presidente de los argentinos.
Formalmente no se conoce hasta ahora que ya se haya establecido algún tipo de agenda en ese sentido, aunque sí se sabe que de concretarse no será por medio de ningún eventual representante, sino que las negociaciones serán encabezadas directamente por el mismo Bordet.
La aclaración vale por cuanto no son pocos los que especulan con esa posibilidad. Una fuente cercana a los movimientos de cierto sector del peronismo dejó trascender que ya habría alguien del entorno del nuevo gobierno provincial que estaría trabajando como enlace con el macrismo.
Ante la consulta pertinente a ambos sectores la versión no pudo ser confirmada, pero tampoco fue desmentida, aunque causó sorpresa que se indagara sobre algo que pareciera no debiera haber trascendido. No es descabellado pensar que si hubiese algún tipo de enlace por parte del nuevo gobierno entrerriano, con un gobierno que sea encabezado por Mauricio Macri, el mismo sea alguien del peronismo, aunque no precisamente de los sectores que hasta ahora adhirieron al kirchnerismo. Tampoco tendría raíz en el radicalismo.
Hay que destacar que dentro del peronismo no kirchnerista de Entre Ríos, hay muchos con muy buenas relaciones con sectores del denominado PRO-Peronismo. En el kirchnerismo entrerriano en tanto, el mayor temor que tienen, si gana Macri, es que este ate cualquier tipo de ayuda al gobierno de Bordet a una exhaustiva investigación.
LA GRAVE SITUACIÓN DE ENTRE RÍOS
Para diciembre habrá un déficit de rentas generales del orden de los 2.500 millones de pesos y una deuda flotante, es decir la que hace funcionar día a día al Estado en sus prestaciones básicas, de 4.312 millones de pesos.
También vencimientos de emisión de deudas que deberá pagar el próximo gobierno por unos 1.926 millones de pesos. A lo que hay que agregar los 1.700 millones correspondientes a los haberes de noviembre y lo que corresponda del medio aguinaldo.
En tal sentido el diputado provincial electo por Cambiemos, Esteban Vitor señaló: “Sergio Urribarri deja una provincia que está prácticamente quebrada, donde hay municipios a los que el gobierno les adeuda la garantía de coparticipación desde hace 6 meses, que si no se paga para fin de año será un total de 600 millones de pesos.
En algunas localidades, como es el caso de Gral. Ramírez, todavía no pagaron los sueldos por este motivo”. Respecto a cómo estima que será la relación entre el nuevo gobierno entrerriano y un eventual gobierno de Mauricio Macri, el dirigente expresó: “Me parece que Macri no va a discriminar si un gobierno es de un color partidario o es de otro, creo que va a pedir solamente que se gaste razonablemente y que no sea la Nación quien tenga que asistir siempre a la provincia. Va a pedir que se ordenen las cuentas públicas. Nosotros, como diputados vamos a ser una oposición constructiva en la provincia y si se despilfarra lo vamos a denunciar”.
Vitor, finalmente dijo “El gobernador Sergio Urribarri está diciendo que Macri va a hacer una mega devaluación, pero nosotros nos preguntamos quién va a pagar la fiesta de despilfarro que hizo él”. En ese sentido hay que señalar que en lo personal, a Urribarri no le fue tan mal. El gobernador tuvo en estos doce años un crecimiento espectacular de su patrimonio y sobre el que nadie, salvo algunos pocos medios, se animó a preguntar hasta ahora. Y eso es lo que más teme el “gran soñador”: Que ahora a alguien se le ocurra comenzar a preguntar más incisivamente.
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