SOCIEDAD / INVESTIGACIÓN
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El conflicto es milenario. En el capítulo 16 del Génesis (1er. libro de la Biblia, atribuido a la pluma de Moisés, para documentar lo que hasta entonces era una historia oral), se lee entre los versículos 5 y 12:
"(...) Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo.
Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.
Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.
Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora.
Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.
Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud.
Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael,[a] porque Jehová ha oído tu aflicción.
Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. (...)".
Pero en el capítulo 21, entre los versiculos 9 y 21, el relato cambia en forma drástica:
"(...) Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.
Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.
Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.
Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto,
y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.
Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.
Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto. (...)".
Wikipedia, en tanto, recuerda:
"Las tres religiones consideran que Ismael fue el primer hijo de Abraham. Sin embargo, la tradición judeocristiana da una preferencia a Isaac, mientras que los musulmanes se decantan por Ismael. (...)
Según el islam, Ismael colaboró en la construcción de La Meca. (...) Desde el Islam se piensa que los textos de la Biblia y la Torá han sido adulterados. (...) Ismael creció y se fortaleció en el desierto de Parán, al sur de Canaán.
Se casó con una egipcia, fundó Ismailia y fue padre de 12 príncipes. Tuvo además 1 hija, que vino a ser esposa de Esaú (hijo de Isaac).
Ismael e Isaac sepultaron juntos a su padre Abraham. Ismael murió a la edad de 137 años. Sus descendientes, los ismaelitas, se establecieron entre la frontera de Egipto y el golfo Pérsico. El profeta Mahoma registró que Ismael fue la cabeza de su genealogía. (...)".
AYAAN: “EL ISLAM ES UNA RELIGIÓN DE VIOLENCIA”
Ayaan Hirsi Ali es una escritora y política feminista nacida en Somalia, que argumenta en favor del postulado.
“El islam es una religión de violencia”, afirma ella, y agrega que Occidente se equivoca al querer separar la violencia de los grupos islamistas de las raíces coránicas que la sustentan.
Fenómenos como el Estado Islámico sólo pueden ser entendidos si se los analiza en el contexto de las escrituras coránicas, que describen cómo el profeta fundador del islam, Mahoma, emprende la “yihad” (lucha o guerra) a partir de una revelación que tiene, que le dicta que debe llevar a cabo una campaña guerrera hasta que cada ser humano del planeta acepte el islam o bien un estado de subordinación.
LOS HERMANOS MUSULMANES E HIRSI, UNA ESCRITORA FEMINISTA
Hirsi Ali tuvo que emigrar muy joven de Somalia junto a su familia por la guerra civil en ese país. En Kenia estudió en el Instituto Nairobi de Jóvenes Musulmanas, donde se vio muy influenciada por una profesora que la acercó al fundamentalismo islámico, según Wikipedia.
Durante la guerra entre Irak e Irán, Hirsi Ali fue seguidora de los Hermanos Musulmanes, usaba hijab (velo) y su deseo era convertirse en una mártir del islam.
Pero su padre tenía otros planes para ella: la mandó a Canadá a casarse con un primo que ella nunca había conocido.
Hirsi Ali se escapó y se fue a Holanda donde pidió asilo político y abandonó el islam.
Allí comenzó su crítica a la cultura islámica que le ha valido más de una amenaza de muerte. Su más reciente libro se titula “Hereje: Por qué el islam necesita una reforma ya.”
Hirsi Ali identifica 3 grupos dentro del mundo islámico.
El 1ro., el más problemático, está compuesto por los fundamentalistas que sueñan con un régimen basado en la ley islámica religiosa, la sharia. Quieren un islam exactamente igual al del siglo 7 d.C. (Las tribus árabes con Mahoma a la cabeza comenzaron en el siglo 7 d.C. un movimiento migratorio, de expansión cultural y religiosa y de conquista militar que duró 9 siglos, hasta finales del siglo 15), y toman como requerimiento de su fe, el imponérselo a los demás. Se trata de una minoría.
El 2do. grupo, el mayoritario, son musulmanes leales a su fe y devotos pero no inclinados a la violencia o la intolerancia hacia los no-musulmanes.
Un 3er. grupo está en surgimiento, como respuesta al terrorismo islámico: los reformistas. Ellos promueven la separación de la religión y la política, entre otras reformas. Pero, a la vez, se trata, tal como sucede con los fundamentalistas, de una minoría.
Para la autora, el futuro del islam depende de cuál de las 2 minorías (fundamentalistas o reformistas) logre imponerle su visión a la mayoría que se encuentra en el medio.
MUSULMANES DE MEDINA VS. MUSULMANES DE LA MECA
Ayaan Hirsi Ali llama a la minoría fundamentalista “musulmanes de Medina”, y a la mayoría pacífica “musulmanes de la Meca”.
Esto se debe a que cada grupo toma ideas de diferentes momentos de la vida de Mahoma.
En la Meca, Mahoma se dedicó a predicar para que los miembros de su tribu abandonaran a sus dioses paganos y aceptaran el que él predicaba. Sin embargo, tuvo poco éxito y consiguió solo un grupo pequeño de seguidores.
Una década después, se fue a Medina, organizó una milicia y emprendió la guerra.
Cualquiera que apoye la yihad armada en el nombre de Alá, encontrará sustento en los pasajes del Corán que describen los días de Mahoma en Medina. Esos pasajes instan a luchar contra aquellos que no aceptan a Alá, sembrar el terror en sus corazones y subyugarlos.
LA DUALIDAD DEL ISLAM
De esta manera, el islam es dual. A partir de la lectura de estos pasajes, se vuelve imposible afirmar que sea una religión de paz, dice Hirsi Ali.
Ella ve como parte del problema que la mayoría de los imanes y líderes comunitarios musulmanes “moderados”, a los que se han intentado acercar los gobiernos occidentales, niegan por completo que la violencia tenga relación alguna con las raíces del islam.
Para luchar contra el islam radical, según la escritora, hace falta reconocer que parte del problema está en la raíz del islam mismo, y que para erradicarlo hace falta empezar por luchar contra la prédica de la sharia y el martirio, que empieza en las mezquitas y escuelas pero termina en el terrorista suicida que decide inmolarse para asesinar en nombre de Dios.
“EL ISLAM ES UNA RELIGIÓN DE PAZ”
Manal Omar, vicepresidenta del Centro para el Medio Oriente y África del Instituto de Paz de Estados Unidos tiene una postura opuesta a Hirsi Ali y defiende el postulado: “El islam es una religión de paz.”
Para ella, a partir de los atentados en Nueva York del 11/09/2001, hay una tendencia mundial a atribuirle al islam los cimientos del extremismo violento. Es muy peligrosa esta lógica, advierte Omar, porque el fenómeno es mucho más complejo, y atribuirlo a una sola causa, tiene como contrapartida la necesidad de solucionarlo de una sola manera.
Es demasiado tentador simplificar las cosas, pero puede llevar a estigmatizaciones y generalizaciones discriminatorias.
Omar considera que las intervenciones militares estadounidenses y de otras potencias, y el legado colonial en el mundo musulmán, que estableció fronteras ilusorias e imposibles que hoy se están derrumbando, son el trasfondo de la violencia extremista islámica, más que cualquier verso del Corán.
Manal Omar es activista, periodista y autora del libro “Descalza en Bagdad: Una historia sobre la identidad –la mía-, y qué significa ser una mujer en el caos”, texto en el que relata su experiencia cuando estuvo en Irak ayudando a las mujeres iraquíes a reconstruir sus vidas, deshechas por la guerra.
Ella también ha desarrollado su actividad en emergencias humanitarias en Palestina y Líbano. “El hecho de que haya violencia emanando de partes del mundo musulmán no significa que la violencia sea un producto de la religión”, advierte Omar.
Según ella, la violencia que asola a la mayoría de los países musulmanes, incluyendo Irak, Siria y Paquistán, es el producto de una compleja realidad social hija del legado colonial y las fronteras artificiales que se le impusieron a la región.
EL CALDO DE CULTIVO DEL QUE NACE LA RETÓRICA EXTREMISTA
Un estudio del año 2015 de la agencia estadounidenese de asistencia ante catástrofes humanitarias Mercy Corps sustenta la teoría de Omar.
En él se examinó diversos conflictos alrededor del mundo como los de Afganistán, Colombia y Somalia, y se concluyó que la principal raíz de la violencia política es la injusticia que pueden sufrir los ciudadanos: discriminación, corrupción y abuso por parte de las fuerzas de seguridad.
Según Omar, es en ese contexto que los discursos que incitan a la violencia basándose en argumentos religiosos pueden cobrar preponderancia. Los grupos islamistas, como Boko Haram, usan la retórica de la religión como una herramienta de reclutamiento, de la misma manera que los Estados occidentales usan el nacionalismo para conseguir apoyo para las guerras, aduce Omar.
Los grupos extremistas ofrecen más que una retórica del suicidio y el sacrificio, prometen una visión de un Estado justo y basado en una interpretación distorsionada del islam, pero tienen éxito porque le hablan a los más vulnerables y desprotegidos.
“Los que plantean que el islam es una religión inherentemente violenta ignoran que la abrumadora mayoría de los adherentes a la fe –hay más de 1.500 millones de musulmanes alrededor del mundo- vive pacíficamente".
También ignorarían que usar la religión para justificar la violencia no es nada nuevo. "Hay incontables ejemplos de miembros de otras religiones invocando su fe mientras perpetúan la violencia – los movimientos nacionalistas budistas en Sri Lanka y Myanmar instigando campañas violentas contras los musulmanes, por ejemplo.”
Otro punto sobre el que hace hincapié: hay que tener en cuenta que la mayoría de los que están luchando contra el Estado Islámico en las primeras filas, entregando sus vidas para ponerles un freno, son también musulmanes.
“Es posible demostrar que el extremismo violento no tiene estado ni religión, y que todas las identidades, etnias y religiones son parte de la solución.”
ENTRE HIRSI ALI Y OMAR: LA 3RA. POSICIÓN
El periodista libanés Hisham Melhem presenta desde la revista Foreign Affairs una 3ra. posición que, de alguna manera se ubica entre las posturas de Hirsi Ali y Omar: al tiempo que identifica la violencia islámica como enraizada en la religión, inscribe a los movimientos como al-Qaeda y Estado Islámico dentro de una larga tradición de insurgencias violentas que se han dado a lo largo y a lo ancho del mundo desde, por lo menos, la antigua Grecia.
“Algunos han estado motivados por causas políticas y han desplegado violencia indiscriminada en luchas independentistas, en movimientos de resistencia nacional o en la persecución de ambiciones seculares utópicas. Otros han estado motivados por el fervor religioso, inspirados por visiones apocalípticas y guiados por profetas carismáticos.”
La retórica de Isis, que apela al fin de los tiempos y a la realización de profecías mesiánicas, es simplemente el más reciente emergente de una larga tradición de extremismo absolutista.
En el caso del islam, esta tradición se remonta al Wahabismo, movimiento ultraconservador del siglo 18, y tiene sus raíces en antiguas cepas del pensamiento teológico sunnita.
El artículo toma las teorías de tres libros de expertos que salieron recientemente sobre el Estado Islámico, que plantean lo ya dicho por Omar: que Isis es una consecuencia no deseada de la intervención occidental en Irak.
Por ejemplo uno de los autores, William McCants, asegura: “La invasión estadounidense en Irak y la violencia a gran escala que le siguió, aumentó dramáticamente el apetito del público sunnita por explicaciones apocalípticas para un mundo dado vuelta.”
ISLAM, JUDAÍSMO Y CRISTIANISMO
Sobre el encendido debate de si el islam es una religión violenta o no, Melhem plantea que puede serlo o no, lo ha sido o no a través la historia, al igual que las otras 2 religiones monoteístas.
“En sus textos sagrados, el cristianismo, el judaísmo y el islam contienen elementos de brutalidad y violencia”,reflexiona.
Mucho depende, según él, de la tradición. O sea, de qué hacen las comunidades religiosas con esos textos; cómo los interpretan, defienden, explotan o abusan.
“Los cruzados que hacían matanzas en su camino hacia Jerusalén en 1099 eran tan cristianos como los cristianos del Renacimiento y los de hoy.
El Estado Islámico es tan parte del islam como lo fueron Bagdad, El Cairo, Córdoba y Damasco durante sus eras doradas como centros de aprendizaje y alta cultura”, concluye Melhem.
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