La diputada nacional Margarita Stolbizer |
El martes 15/3 la Cámara de Diputados sesionará para tratar la derogación de la Ley Cerrojo y de Pago Soberano en el marco de preacuerdo con los holdouts.
El interbloque Cambiemos confía en tener los votos para aprobar la iniciativa, con modificaciones que imponen los apoyos de bloques como el Frente Renovador de Sergio Massa y los peronistas de Urtubey/Bossio.
A estos grupos se suma también Progresistas, cuya líder Margarita Stolbizer se mostró de acuerdo en las líneas generales con la forma de pago a los fondos buitre, a pesar de los costos: “no es un buen acuerdo porque no tenemos una buena situación, el pago es injusto, la sentencia es muy injusta, y ése es el único acuerdo al que se podía arribar en estas condiciones, atento, además, al estado de necesidad que la Argentina tiene. No había otro margen, el Gobierno llega a esta negociación prácticamente como única salida”.
En una entrevista con el diario El Cronista, Stolbizer mostró sus dudas sobre nuevos reclamos de bonistas: “Siempre el margen sigue existiendo, muy mínimo, pero existe la posibilidad de que haya un reclamo. Lo que ocurre es que un reclamo en medio de un acuerdo que involucra a la enorme mayoría y, en estos términos, desde luego que tiene menos posibilidades también. Lo que planteamos es que es un acuerdo prácticamente necesario y de emergencia, aún con los riesgos que significa”.
Luego, la legisladora se refirió a la causa Hotesur, que motoriza en la Justicia y a los rechazos que recibió para ser querellante: “Yo tenía el rechazo a mi pedido en primera instancia, por Rafecas, y en segunda instancia, por la Cámara de los jueces (Eduardo) Freiler y (Jorge) Ballestero. Casación convocó a una audiencia pública, la otra parte no fue, donde yo planteé mis argumentos, más que de orden procesal, de orden constitucional, fundado en la gravedad institucional que tiene lo que se está investigando. Ahora hay cinco días para que la Cámara de Casación resuelva”.
Stolbizer dejó otras definiciones:
“No me genera una conmoción demasiado grande lo que pasa en Brasil, yo creo que Cristina tiene que mirarse a sí misma en todas la causas judiciales que hay en marcha, dentro de las cuales, Hotesur es, si se quiere, la causa principal.
Es una causa madre de la cual dependen muchas otras, porque todas las que investigan a Lázaro Báez, el lavado de dinero, la ruta del dinero, la utilización de facturas truchas, más las irregularidades en las declaraciones juradas, en los plazos fijos, hay una cantidad de causas que son las que están por detrás de toda esa maraña de sociedades pantalla y testaferros que armó la familia Kirchner y creo que hay que mirar esa maraña de relaciones donde lo imposible es justificar ese patrimonio que tienen y que han ido amasando en los años en que fueron funcionarios públicos”.
“La ley del arrepentido tiene un inconveniente, porque lo que hace es invitar a un delincuente a delatar a sus cómplices para obtener una pena menor. Si un problema tiene la investigación en Brasil es que hoy se investiga a Lula por un arrepentido. Entonces termina debilitando la investigación cuando ésta se basa en un arrepentido que para beneficiarse él está inculpando al otro. Hay que ser muy cuidadoso. Yo soy más favorable a que discutamos medidas preventivas que sólo las cosas que se pueden hacer para condenar. Es muy bueno que se investigue, que los jueces tengan herramientas, pero hoy es más importante que haya una ley de acceso a la información pública y protocolos para resolver los conflictos de interés entre los empresarios que están en el Gobierno. No tengo una posición definitiva”.
“El Gobierno tiene luces y sombras, las tiene el Gabinete y las medidas tomadas. Trato de adjudicarle buenas intenciones, hay ministros que muestran buena actividad, perician lo que hacen y creo que les cuesta mucho más en términos institucionales. Yo le tengo hoy menos miedo a lo que pasa en el ámbito de la economía que a los errores que cometen en el plano jurídico. Yo me opuse no sólo al decreto de designación de los miembros de la Corte en comisión, creo que varios decretos posteriores, el de emergencia en seguridad, por ejemplo, son bastante inconcebibles y uno no sabe si es parte de la impericia, de la búsqueda de hacer gestos de autoridad y entonces cometen errores y torpezas en el camino”.
“Lo más positivo es el cambio de actitud. El cambio más grande que tenemos respecto de los últimos 10 años es que dialogan, escuchan, están dispuestos a rectificar, a aceptar, me llaman los ministros para discutir sabiendo que tengo posiciones distintas. Eso me genera una expectativa positiva hacia adelante”.
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