POLÍTICA / UN MILITANTE DEL MST
Alejandro Bodart, compañero de ruta de Vilma Ripoll, le explicó a Pablo Duggan (AM 950 Belgrano) el escrache realizado frente a la vivienda personal de la ministro de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich: "Yo hago lo que la ley permite, no está prohibido lo que hice. Si le meto la mano en el bolsillo a la gente y le hipoteco de por vida, merecería que me escrachen en mi casa."
Bodart, quien afirma ser de una Nueva Izquierda (¿?) dentro del Movimiento Socialista de los Trabajadores, fue legislador de la Ciudad de Buenos Aires entre 2011 y 2015, furiosamente anti Mauricio Macri, pero no consiguió renovar su mandato, frustración que le ha provocado un desempleo que lo tiene muy activo para intentar reinsertarse, quizá en 2017.
"Yo hago lo que la ley permite, no está prohibido lo que hice. Estamos en democracia y hay libertad de protesta. Nos ponemos a metros de la puerta, no es intimidación. El gobierno aplica medidas que perjudican a la gente y nosotros expresamos un rechazo a una forma de hacer política", explicó Bodart.
Además, señaló: "Fuimos a la casa porque en el Ministerio de Hacienda nos ponen vallas, es un protocolo que tienen hace 10 años. A los hijos de (Alfonso) Prat Gay no le pasan nada, nosotros manifestamos un rechazo a una política. Esto no es nazi, nazi es querer que la gente no se movilice. Se puede discutir si una protesta es buena o mala, pero es constitucional".
Ante las quejas de Patricia Bullrich y Gerardo Milman, Bodart escribió en su blog personal:
“Discrepo con Bullrich y Milman. Nuestro acto no tuvo nada de violento, sino que fue pacífico e irónico. En realidad les molesta que cuestionemos sus políticas antipopulares, como la sumisión a los buitres y el protocolo represivo. Ajustan, despiden, recortan derechos, ¿y encima pretenden amordazarnos?
Dicen que no van a ‘tolerar’ nuestras acciones; ¿acaso piensan reprimirnos o mandarnos patotas? No sólo defendemos la total libertad democrática de expresión y manifestación, sino que a poco del 24 de Marzo comparar nuestros actos con la dictadura genocida es insultar a nuestra corriente política, que tiene más de cien compañeros desaparecidos y asesinados.
En nuestro país los escraches nacieron del movimiento de derechos humanos, nunca con violencia sino para señalar responsabilidades. Los ministros y funcionarios políticos eligen serlo, nadie los obliga y por eso deben hacerse cargo de sus medidas antipopulares.
}
¿Es que quieren una democracia tutelada y autoritaria? Le voy a reiterar a Milman que nos parece bien abrir una ‘instancia de diálogo’ y, como le dije ayer por teléfono, tenemos el derecho constitucional de manifestar en donde nos parezca y si nos plantea ‘ir a Economía’ que al menos antes saque las vallas que desde hace años mantienen cercado ese ministerio y también la Casa Rosada.”
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