La Ley del Arrepentido que ingresará en los próximos días en el Congreso de la Nación enviada por Mauricio Macri en el marco de un paquete de leyes destinadas a combatir la corrupción y el narcotráfico, está inquietando a los gobernadores e intendentes peronistas, quienes ya dejan entrever su intenso nerviosismo y la intención de boicotearla.
El Presidente cree que la presión de la opinión pública logrará que el proyecto finalmente se apruebe. Pero se vienen días de mucho debate...
Dicha Ley del arrepentido -que tiene un antecedente cercano y muy en boga en estos días en la 'delación premiada' brasileña que hizo estallar la causa Petrobras- permitiría a jueces y fiscales otorgar una reducción de penas de los acusados a cambio de que brinden información relevante para probar casos de corrupción.
La mayor resistencia dentro del peronismo a esta ley tiene que ver con el temor de que, como se dice comúnmente, se destape la olla.
Si bien ahora los gobernadores e intendentes -sin amparo de la Casa Rosada- se excusan, por ejemplo, en que ellos recibían las obras ya aprobadas por Presidencia de la Nación bajo el gobierno de los Kirchner y tenían órdenes precisas de cómo actuar, saben que pueden terminar 'cayendo en la volteada'...
Como mencionamos anteriormente, el caso de Petrobras es el espejo donde muchos se están mirando aterrados. En Brasil, la delación premiada establece significativas rebajas en las penas en caso de que el juez entienda que un investigado/acusado/condenado prestó un servicio importante al esclarecimiento de las causas.
Y en la causa Petrobras, la olla se destapó de esa manera: primero fue el cambista Alberto Youssef, luego el Director de Suministros de Petrobras y su número 2 quienes comenzaron a delatar todo el esquema de corrupción que los involucraba, así como a sus asociados en el campo empresario y en la política.
Y la causa está tomando ribetes impensados. La legislación brasileña contempla la delación premiada desde la Ley de los Crímenes de Lesa Humanidad -Lei dos Crimes Hediondos- (Ley 8.072, de 1990).
Y una ley similar es la que busca instaurar Macri en la Argentina para poner fin a la corrupción. Este escándalo de Petrobras en Brasil es mirado de cerca en la Argentina, y no sólo por las implicancias judiciales que podría tener aquí (ya trascendió que está siendo investigado el ex ministro de Planificación Julio de Vido), si no, como ya dijimos, por el antecedente de los 'arrepentidos' que destaparon la olla.
Macri da por descontado el apoyo en el Congreso del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien fue convocado recientemente, y en varias ocasiones, al Ministerio de Seguridad para participar del diseño de las propuestas que se presentarán esta semana.
Pero el Presidente encontrará sin dudas una fuerte resistencia peronista. En este escenario, un profundo debate se torna necesario. Macri lo sabe y apunta a conseguir que la opinión pública -y su presión por ver a los Kirchner tras las rejas- logre torcer el voto peronista.
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