POLÍTICA / TARIFAS
El gobierno de Mauricio Macri empieza a poner su mirada en el impacto económico y político de la suba de tarifas, la devaluación y la inflación.
Comienza a entender que se necesita un momento más propicio para poner en ejecución el incremento en las tarifas del gas anunciado días atrás y del orden del 200 al 250 por ciento.
Ocurre que al mismo tiempo la administración Macri espera el desenlace de la paritaria de los colectiveros. De lo que resulte podría haber un traslado a los boletos, lo que impactará de lleno en la clase media y baja, ya bastante castigada.
Además, antes se autorizó una fuerte suba en los peajes, que aún no se refleja en los precios del transporte, lo que abre un abanico de posibilidades de aumentos de costos.
En esa línea, por el momento se ‘cajoneó’ la suba del gas y en el Gobierno esperan un mejor momento. Se evalúa el costo político.
La inflación del primer trimestre estabilizada entre 3 y 4 por ciento mensual, y una segunda ola de aumentos en los alimentos entre la segunda quincena de febrero y la primera semana de marzo, pondrá más presión a las economías familiares.
"Tenemos que mostrarnos más preocupados por el bolsillo de la gente", dijo un ministro nacional al diario Clarín.
"Primero se dijo que el aumento iba a ser en febrero -señalan técnicos del sector-. Luego, que sería a partir de marzo.
Y en los últimos días, se aseguró que era a partir del 1° de abril", sin embargo, en el Gobierno sigue sin haber definiciones.
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