En la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) que se realizó en La Rioja, a donde arribaron los ministros de Salud del país, Alberto Rubinstein, ministro de Salud de la Nación, propuso a sus pares "que lo acompañen para promover una política de precios de los medicamentos y la ampliación de la cobertura".
"Hay un contexto que facilita que empecemos a trabajar de manera conjunta en el sector público", afirmó el funcionario entusiasmado. La política nacional de medicamentos comprenderá "mecanismos de compra y negociación conjuntas transparentes y competitivas, como así también la fijación de precios máximos de los medicamentos ambulatorios", detalló la cartera sanitaria en un comunicado.
Como ejemplo, Rubinstein citó la experiencia reciente de compra consolidada del factor VIII para el tratamiento de la hemofilia, en la que participaron el Ministerio de Salud de la Nación, el PAMI y el IOMA y "que terminó en un ahorro de $1.500 millones, un 80% de reducción en un sólo medicamento", afirmó.
"Es una experiencia que les puede ser útil a las provincias, ya que les permite tener un valor de referencia y hacer ahorros importantes", dijo por su parte el superintendente de Servicios de Salud, Sandro Taricco, sobre la "exitosa" adquisición de remedios mediante licitación pública.
Taricco comentó además que el organismo a su cargo cuenta con un observatorio de precios que "achicó la brecha entre los precios muy altos y los muy bajos".
"Es muy importante trabajar en compras conjuntas", coincidió el titular del PAMI, Sergio Cassinotti. Sin embargo, los funcionarios, con la importante reducción de costos, lo que dejaron en evidencia fue que los laboratorios remarcan más de un 80% el precio de los medicamentos, muchos de los cuales deben luego pasar por las farmacias y sus márgenes de ganancias, para luego recién llegar a los consumidores.
En la licitación para productos hemofílicos, se presentaron 7 laboratorios. Aunque Rubinstein no quiso mencionarlos ni especificar su origen, dicen que 3 son argentinos y 4 de capitales extranjeros. En todos los casos los precios presentados fueron inferiores al sugerido por el Estado nacional. En algunos, incluso, el precio ofertado fue hasta tres veces menos que el que apuntó el consorcio de compradores estatales.
"Los laboratorios nos decían que no se iba a presentar nadie a la licitación, que iba a ser un fracaso, que iba a quedar desierta, que nos íbamos a quedar sin abastecimiento", afirmaba un funcionario que siguió el proceso, que terminó por dejar al descubierto aún más el gran negocio de los medicamentos. (U24)
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