(DP) - Era, para Independiente, una chance inmejorable para acercarse a Boca. No lo hizo. Jugó diezmado, sin sus mejores individualidades y redondeó una tarea decepcionante en la que se quedó con un premio excesivo: un punto que lo mantiene a 11 del líder y que le hizo perder un par de posiciones en la otra pelea, la del ingreso a la Libertadores.
Tigre, con valentía y buenas ideas, mereció algo más. Lo buscó siempre y se quedó en la orilla del festejo. La estrategia de uno y otro fue parecida: gran presión en el medio y mucha gente dispuesta en ataque.
Y de esa propuesta, salió beneficiado Tigre porque logró incomodar a Independiente en todos los sectores; producto de ese andar más aplomado el local logró acumular méritos como para lastimar a Independiente que no hacía pie en el medio, dudaba atrás y generaba muy poco en ofensiva.
Federico González estrelló un balón en el palo y falló dos remates claros, Pérez García llegó con un tiro frontal que tapó justito Franco y Menossi remató apenas desviado. Sin embargo, fue el Rojo el que, otra vez a pura efectividad, llegó una vez y facturó: asistencia perfecta de Gaibor para Romero en el límite del offside y definición con un derechazo tremendo que venció la resistencia de Chiarini.
Así se fueron al descanso. Sin embargo, Tigre no acusó recibo del golpe anímico y, durante el complemento, aunque con menos intensidad, siguió generándole problemas a Independiente.
La recompensa llegó sobre la media hora, cuando en una gran combinación colectiva, Luna dejó solo a Federico González quien, esta vez, no perdonó a Albil y clavó la pelota contra un palo.
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