PARANÁ (U24 Entre Ríos). “La impresionante difusión del relato urribarrista, de una provincia que no existe, inunda redes sociales, vía pública y canales de televisión de alcance nacional y en horarios centrales con un costo incalculable y escandaloso”, expresó el precandidato a gobernado de la UCR, Atilio Benedetti al referirse a la situación generada por la campaña presidencial del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri.
“No hay forma de justificar el escandaloso gasto para mostrar una provincia inventada, que sólo ve Urribarri. Los entrerrianos nos enteramos por la televisión que vivimos en "Patolandia” agregó el dirigente radical, a la vez que sostuvo: “Mientras vende humo, en los hechos concretos Urribarri recorta presupuesto a educación, defiende en pantalla una ley inconstitucional sobre un tema serio como la droga, habla de lugares que no existen para rehabilitar personas adictas y dibuja números en el aire”.
El dirigente líder de la agrupación Illía, la más fuerte dentro del radicalismo entrerriano, manifestó que “los entrerrianos siguen esperando que el gobierno se dedique a solucionar los problemas urgentes, haga valer sus derechos y deje de someterse a los designios del poder central”.
Benedetti indicó también: “Está claro que el relato oficial inventó una provincia para Urribarri: un lugar donde el Gobernador habla de seguridad, mientras en la realidad concreta, nada más que en Paraná, los asesinatos se suceden a un lamentable promedio de uno por semana”. Por último el precandidato a gobernador radical expresó: “La desesperación de Urribarri por sostener su mentira es proporcional a su conciencia sobre el fin de un ciclo dominado por la irresponsabilidad y los grandiosos anuncios de la nada. Pero eso se termina y los entrerrianos tenemos la responsabilidad de re unirnos y comenzar a construir un porvenir de certezas y realidades, priorizando los elementos vitales: trabajo, producción, salud y educación”.
Solanas, el gran defensor (antes era goleador)
El ex intendente de Paraná y actual diputado nacional, Julio Solanas, tal vez en búsqueda de algo de protagonismo (en lugar de hacerlo en la Cámara de Diputados de la Nación, donde pasa desapercibido), salió a defender a Urribarri de los embates de Benedetti.
“Hay que ser un necio para negar el cambio que ha experimentado la provincia en los últimos años”, señaló el diputado nacional en declaraciones a Página Política y agregó: “Negar la cantidad de mejoras que hemos experimentado los entrerrianos es pretender destruir todo lo hecho”.
Indudablemente parece que Solanas, como dijo Benedetti, vive en Patolandia para hacer semejante manifestación. El ex intendente, que en 2007, junto al hoy senador provincial Enrique Cresto (Crestobalito), enfrentara y perdiera estrepitosamente ante Urribarri, se transformó en el más ferviente de los kirchneristas, luego de esa paliza electoral, motivada fundamentalmente porque Néstor Kirchner confió más en el candidato de Jorge Busti (Urribarri), que en Solanas.
Solanas quiere ser candidato a gobernador por el oficialismo y quizás por eso trata de armar su discurso siguiendo la línea del relato y la mentira y dice por ejemplo que “La provincia ha mejorado en todos los indicadores. Tenemos industrias proyectadas internacionalmente, laboratorios de avanzada, 800 nuevas pymes, 116 escuelas a las que se les realizaron renovaciones casi integrales, escuelas técnicas de primer nivel, rutas y caminos.
También se realiza una inversión multimillonaria para el tendido de fibra óptica que dará conectividad al interior de Entre Ríos. Todo, con miras al futuro”.
El dirigente agregó más conceptos de halago hacía la gestión de Urribarri, señalando que “quienes pertenecen al proyecto político de Nación, que encabeza Cristina Fernández de Kirchner y del cual Urribarri ha sido un cabal intérprete, saben que todos estos logros son reconocidos a nivel nacional.
Es sorprendente que algunos dirigentes lo nieguen, siendo que esta realidad es conocida en cada rincón de la Argentina”.
En realidad lo que es sorprendente para la mayoría de los ciudadanos, es que haya dirigentes que pretendan seguir viviendo del Estado, sin aportar nada positivo y mintiendo de forma tan descarada.
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