AGENCIA / NOTA DE OPINIÓN
por GUILLERMO LOCANE
CIUDAD DE BUENOS AIRES (El blog del contador LoCane). Actualmente una pequeña industria o comercio que cumple con todas sus obligaciones fiscales puede llegar a pagar al fisco más del 60% de su margen bruto en concepto de impuestos, tasas y contribuciones de todo tipo.
En la Argentina, cada provincia y cada municipio tienen regímenes fiscales con características propias y cada uno tiene la posibilidad de introducir tasas. Eso genera un desorden importante, con impuestos que se superponen unos con otros, y donde a menudo empresas de otras jurisdicciones deben pagar dos veces el mismo impuesto. Ese desorden se acentuó en los últimos años por las subas constantes, arbitrarias y de todo tipo y magnitud en las tasas y contribuciones municipales y provinciales.
Uno de los impuestos más pesados es Ingresos Brutos que alcanza en forma superpuesta a todas las fases de la producción y comercialización de un bien. Esa acumulación de cargas eleva fuertemente el precio de venta final de los productos, y reduce la rentabilidad de la empresa. Hay que recordar que su antecesor el llamado Impuesto las Actividades Lucrativas, había sido eliminado cuando se creó el Impuesto al Valor Agregado allá por el año 1974. La idea era correcta, pero duró muy poco tiempo.
Según un informe de CAME, desde 2010, el 62,5% de las provincias subió Ingresos Brutos al comercio y la industria. Las subas llegan al 80%. Las que no modificaron la tasa general, quitaron exenciones, recortaron beneficios o subieron alícuotas graduando tasas. También los municipios, donde en cada uno hay más de 20 tasas distintas, están subiendo alícuotas y sumando nuevos tributos que se superponen entre sí y con tributos provinciales.
Un relevamiento realizado por esa entidad en las 24 jurisdicciones y 100 municipios del país, revela que desde 2010, y sobre todo a partir de 2012, la presión fiscal a las PyMES aumentó por todos los frentes y hoy se lleva hasta 60% de sus márgenes brutos. Por ejemplo:
- Entre 2010 y 2014, todas las provincias subieron la alícuota de Ingresos Brutos (IB), ya sea en algún sector u otro, y eliminaron exenciones a muchísimas actividades. En la industria, por ejemplo, son muy pocas las jurisdicciones que aún la eximen de ese tributo.
- En el caso del comercio minorista, desde 2010 hubo 15 provincias que aplicaron subas de entre 16% y 80% en la tasa general. A su vez, en 12 jurisdicciones la tasa de IB a esa actividad ya se ubica por encima del 3,5%, y hay 4 que ya la tienen arriba del 4%.
Otra fuente de notable perjuicio son los regímenes de retención y percepción que han establecido las distintas jurisdicciones, muchos de los cuales generan saldos a favor de difícil o imposible recupero, convirtiendo a las sumas en verdaderos impuestos no legislados.
Otro ámbito de notable “descontrol” en los ajustes de tasas y la incorporación de nuevos gravámenes, es el municipal. Una nueva modalidad, en algunas localidades, es la incorporación de una tasa de IB municipal que se superpone a la provincial. En 2013, aproximadamente un 36% de los ingresos totales de las ciudades del país, fueron propios (tributarios y no tributarios).
Pero la participación de los ingresos propios sobre los ingresos totales municipales ha ido aumentando en los últimos años, ya que frente a necesidades de financiamiento, muchas comunas han incrementado tasas y aplicado nuevos tipos de gravámenes.
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