SOCIEDAD / ENTRE RÍOS
PARANÁ.
El alcalde Sergio Varisco está tratando de hacer lo imposible por tratar de dejar en claro que no tenía ningún plan para hacerse cargo del municipio.
Cómo será de pésimo su arranque como nuevo alcalde de la ciudad de Paraná, que ya hay muchos que preferirían que hubiese seguido Blanca Osuna al frente, y eso que la gestión de “la mejor alumna de Cristina”, debe haber sido de las peores en lo que concierne a planificación.
Varisco ahora decidió, por medio de un decreto, el aumento de los pasajes del transporte público de la capital entrerriana.
Si bien, aunque parezca increíble, en la ciudad de Paraná el intendente tiene la facultad de aumentar el precio de los pasajes del transporte ¿público?, nadie podía pensar que “el democrático” intendente de la ciudad, Sergio Varisco, elegido hace apenas 4 meses, fuera a hacer uso de esa facultad que fue implementada por otro “democrático” intendente, Julio Solanas, en su gestión 2003/07.
Efectivamente la Ordenanza N° 8570 habilita que los aumentos de los precios de los pasajes sea facultad del Ejecutivo Municipal, pero de acuerdo a la férrea defensa que el intendente Varisco ha hecho de los valores democráticos, se esperaba que en esta oportunidad girara al Concejo Deliberante el pedido de derogación de esa ordenanza y que sea ese cuerpo quien decida al respecto.
Lejos de hacer ello, Varisco aumentó los pasajes vía decreto en un 41,6%, llevando a que el boleto a bordo llegue a $ 8,50, mientras que el boleto obrero pase a costar $ 4,58.
El transporte en la ciudad de Paraná es quizás de los peores que deben existir en las capitales provinciales. En manos desde hace algunos años de la Asociación de Transporte Urbano de Pasajeros (ATUP), controlada por la empresa ERSA, los concesionarios han hecho lo que han querido durante los últimos treinta años, y pareciera que lo seguirán haciendo.
Varisco prometió en su campaña que una de las cosas que haría si ganaba, sería llamar a un nuevo concurso para licitar la concesión al momento que esta llegue a su vencimiento, que será en el próximo mes de septiembre, es decir dentro de apenas cinco meses; sin embargo en la secretaría de Transporte Municipal no hay ningún proyecto en estudio sobre ese tema.
Es llamativo que el variopinto bloque de ediles de Cambiemos haya hecho mutis por el foro cuando la presidenta del bloque del PJ, Cristina Sosa, propuso que se trate la derogación de la ordenanza N° 8750 y que las atribuciones que de ella emanan pasen al Concejo Deliberante, como debería ser, ya que la implementación de los aumentos del transporte público es una cuestión que debería ser tratada no solo por el CD, sino también por otras instituciones de la sociedad y por los usuarios.
La concejala Sosa no es la primera vez que trata de derogar ese decreto, lo hizo incluso cuando fue parte del bloque oficialista y si bien no consiguió ese objetivo, su empeño derivó en la conformación de una Mesa del Transporte integrada por los empresarios, el gobierno municipal, los usuarios y otras instituciones, que se ocupaba del tema.
Pero no se continuó con ello.
Por eso cuando se supo que Varisco tenía en mente un aumento del boleto, Sosa volvió a plantear la necesidad de devolver esa facultad al Concejo Deliberante de la ciudad, pero no tuvo el acompañamiento de algunos de los concejales de Cambiemos.
Hay que recordar que el bloque de Cambiemos está integrado por diversas fuerzas políticas. Coexisten allí peronistas, radicales, macristas, vecinalistas y no han logrado entre ellos entablar una relación que permita vislumbrar que desde ese lugar puedan salir beneficios para los paranaenses.
Varisco sigue a los tumbos y por ahora pareciera que lo único que le interesa es devolver favores a aquellos que le “facilitaron” su llegada a la municipalidad. En este caso mediante el aumento que deberán pagar los usuarios del transporte.
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