Aseguran que Los Pitufos eran una especie racista y antisemita
Un libro publicado en Francia los describe como "arquetipos de una utopía totalitaria con tintes estalinistas y nazis".
Gentileza Web
Un libro publicado en Francia asegura que los Pitufos, los clásicos personajes animados de la década del 80, son “arquetipos de una utopía totalitaria con tintes estalinistas y nazis” que los aleja de su inocencia predominante en el imaginario popular .Según el análisis de Antoine Buéno titulado “El Pequeño libro azul: análisis crítico y político en la sociedad de los pitufos”, las célebres criaturitas azules con gorro blanco que creó el dibujante belga Peyo “reproduce estereotipos racistas, totalitarios y antisemitas”.
La obra analiza a Papá Pitufo como jefe único y autoritario de la comunidad y califica al Gargamel –el brujo “malo” de las historias- de nazi porque su nariz aguileña “recuerda a una criatura antisemita” y cuyo gato llamado Azrael se suma a los estereotipos denunciados.
También suma a Pitufina, la única mujer de la comunidad, a la que critica por su idealizada belleza , que coincide con el perfil ario tanto en el color de sus ojos como en el de su cabello.
Asimismo, el autor analiza “el tratamiento de la invasión de pitufos negros en uno de los episodios” como “una de las pruebas de enaltecimiento de la pureza de sangre que preconiza esa sociedad, que vive en autarquía y cuenta con un sistema de producción cercano al colectivismo”.
Sin embargo, desde el semanario francés “Le Nouvel Observateur”, calificaron el análisis como poco novedoso porque recoge “intuiciones” anteriores de otros públicos como del estadounidense, que llegó a sospechar de los Pitufos como parte de una campaña de propaganda comunista.
En ese sentido, Buéno considera que el nombre de esos seres en inglés, “Smurf”, significa “Small Men Under Red Forces (Pequeños hombres bajo fuerzas rojas) y corresponde a que el creador belga de los dibujitos –que nació en 1928 en Bruselas- vivió bajo la ocupación nazi, por lo que no era consciente de esas relaciones cuando los imaginó, en 1958.
“Peyo no estaba politizado, creo que su obra, como tantas otras, vehicula y concentra un cierto número de estereotipos propios de una sociedad y una época determinadas”, explicó el escritor francés.
Agregó que su intención “no es desencantar al público” sobre las aventuras de los Pitufos, sino “superponer a la percepción de los niños un acercamiento distanciado del adulto”, algo que considera “intelectualmente sano”.
Los pitufos, traducidos como "puffi" en Italia , "strumfakia" en griego, "schtroumpfs" en francés y "kumafu" en japonés, prosiguieron sus aventuras tras la muerte de Peyo en 1992 gracias a su hijo Thierry Culliford, que impuso, a juicio de Buéno, una mirada "mucho más pedagógica" y contemporánea a la serie.
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