REFLEXIONES - UNA HISTORIA SOBRE LA AYUDA AL PRÓJIMO
Un pequeño ratón, que vivía en una granja se despertó una mañana en su guarida, bostezó, se estiró y se preparó para un nuevo día. Cuando se asomó afuera de su agujero vio al granjero y a su esposa que trataban de abrir un paquete.
"Me pregunto qué tipo de comida será" pensó el ratón para sí mismo, aunque segundos más tarde se dio cuenta de que no era comida sino una ratonera.
El ratón salió rápidamente de la casa gritando: "¡Hay una ratonera en la casa! ¡Hay una ratonera en la casa"
Una gallina bien alimentada que disfrutaba del sol de la mañana, perezosamente levantó la cabeza y dijo: "Sr. Ratón, veo que es algo que le preocupa en gran medida, pero no es mi problema así que por favor, deja de interrumpir mi sueño y ve a otro sitio ".
El ratón siguió corriendo en busca de otros animales para advertirles sobre el peligro. Cuando vio a las ovejas, exclamó: "¡Hay una ratonera en la casa! ¡Hay una ratonera en la casa ".
La oveja respondió: "¡Realmente lo siento por ti Sr. Ratón, pero no hay nada que yo pueda hacer. Pero te deseo lo mejor y buena suerte".
El ratón siguió su camino y llegó hasta donde se encontraba la vaca casi sin aliento. Cuando vio a la vaca gritó: "¡Hay una ratonera en la casa! ¡Hay una ratonera en la casa".
La vaca espantó a una mosca con su cola y con la mirada triste dijo: "¡Oh, Dios! Créeme que realmente lo siento por ti pero siendo una vaca como soy no veo la razón para abandonar mi cobertizo".
Rechazado y humillado el ratón volvió a la granja sabiendo que tendría que hacer frente a la trampa por su cuenta.
Pero esa noche, un fuerte ruido interrumpió el sueño de todo el mundo. Parecía que la ratonera finalmente había alcanzado su presa.
La esposa del granjero se levantó de la cama muy emocionada para ver al pequeño ratón atrapado en la trampa. Pero con la oscuridad le resulto difícil ver lo que estaba atrapado que resultó ser una serpiente venenosa y no un ratón.
La serpiente mordió a la esposa y el agricultor salió corriendo al hospital.
Después de un tiempo, el granjero y su esposa regresaron a casa, pero la fiebre seguía subiendo, así que el granjero decidió hacer una sopa de pollo para calmar la fiebre. Así que fue a la granja, tomó uno de los pollos y lo convirtió en sopa.
La esposa del granjero se tomó la sopa pero por desgracia la fiebre no bajaba. El rumor acerca de su condición se extendió como un reguero de pólvora y de pronto la casa se llenó de amigos y familiares.
El granjero se sentía tan feliz de ver a tanta gente en casa que decidió matar un cordero y servirlo para cenar como plato principal.
Los visitantes agradecieron al granjero la cena, aunque tantas oraciones no sirvieron para mucho pues una semana más tarde la esposa del granjero falleció.
Muchos se acercaron entonces a presentar sus condolencias y el granjero decidió entonces sacrificar la vaca y servirla para cenar en jugosos filetes.
El ratón observaba todos los acontecimientos desde su pequeño agujero y suspiró.
En muchas ocasiones, sabemos que alguien está en peligro pero no lo ayudamos si no nos afecta a nosotros directamente.
La vida, sin embargo, es un viaje donde se requiere una responsabilidad mutua, cuando la persona más débil de la sociedad está en peligro todos nos debemos sentir amenazados.
Si todos nos ayudamos mutuamente seremos más fuertes, pero si pensamos en nosotros mismos al final todos saldremos perjudicados. (T.mail)
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