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La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció este jueves que cerca de 1.000 personas murieron en ataques contra hospitales y centros de salud durante los últimos dos años, principalmente en Siria, los territorios palestinos e Irak, incidentes que violan las leyes humanitarias.
"Con alarmante frecuencia somos testigos de una falta de respeto hacia lo sagrado de la atención sanitaria, el derecho a recibir atención sanitaria y a la ley humanitaria internacional", apuntó el reporte difundido en Ginebra, donde tiene su sede la OMS.
"Los pacientes son baleados en sus camas de hospital, el personal médico es amenazado, intimidado o atacado y se bombardean hospitales", agregó.
El organismo sanitario de la ONU aseguró desde enero de 2014 a diciembre de 2015, se registraron 594 ataques en 19 países -en su mayoría en Medio Oriente y África-, que causaron la muerte de 959 personas, entre médicos, personal de apoyo, pacientes y visitantes, y heridas a otras 1.561.
Atacar hospitales, médicos y pacientes constituye un crimen de guerra según la Convención de Ginebra. Sin embargo, uno de los datos más alarmantes del reporte de la OMS es que un 53% de los ataques a hospitales y centros fueron perpetrados por los propios Estados, comparado con un 30% llevados a cabo por grupos armados, mientras que en el 17% de los casos se desconoce su origen.
De acuerdo al informe, el 62% de los ataques se dirigieron de forma deliberada contra instalaciones médicas, el 20% de fueron accidentales y en el resto de los casos se desconoce la motivación.
La OMS admitió que aunque no se dispone de una fuente pública de información sobre los ataques a los centros de atención de salud, “los resultados arrojan a la luz la gravedad y la frecuencia del problema”.
De acuerdo con el informe, cerca del 40% de los 594 ataques documentados se registraron en Siria, país que es desgarrado por la guerra civil que enfrenta desde 2011, los cuales han dejado al menos 352 muertos, entre ellos médicos, enfermeras y personal de emergencia.
En la lista de las naciones con ataques a hospitales siguen, en orden, los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, con 228 muertos, Irak y Pakistán con un saldo similar de 43; Libia, con 33; Ucrania, con 32; la República Centroafricana (RCA), con 30; Yemen, con 22; y Sudán, con 20 decesos.
En décimo sitio se ubica Afganistán, con el 3% de los ataques documentados y un saldo de 19 muertos, entre ellos el ataque contra un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad de Kunduz, que lanzó la aviación estadounidense en octubre pasado.
En orden descendente siguen: Sudán del Sur, con 18 muertos, Guinea (11), la República Democrática del Congo (10), Nigeria (10), Colombia (7), Somalia (6), Liberia (5), Sierra Leona (3) y por último Myanmar con un deceso.
El Consejo de Seguridad de la ONU denunció este mes los ataques y pidió a las partes de los conflictos que protejan las instalaciones médicas, pero algunos de los miembros más poderosos del ente se han visto implicados en incidentes de este tipo, como Estados Unidos, en Afganistán, y Arabia Saudita, en Yemen.
El presidente sirio, Bashar Al Assad, y las fuerzas rusas que lo apoyan fueron acusados de bombardear deliberadamente hospitales en zonas residenciales de ciudades controladas por rebeldes.
Del mismo modo, insurgentes han bombardeado hospitales o clínicas en sectores bajo control del gobierno. Los más recientes de esos ataques en Siria ocurrieron el mes pasado en la norteña ciudad de Alepo y causaron la muerte de decenas de personas.
La OMS destacó en su reporte que las limitaciones de la información disponible ponen de relieve la necesidad de una mayor y mejor recopilación de datos.
“Se necesitan definiciones y clasificaciones estándar para poder hacerse de la información de múltiples fuentes, con el fin de comprender mejor el alcance completo y naturaleza del problema”, destacó.
La OMS consideró que la falta de información sobre el impacto de los ataques a la prestación de servicios de salud y a la salud de las poblaciones afectadas es una brecha importante de conocimiento, por lo que es una prioridad avanzar en la recolección de este tipo de datos.
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