MUNDO / MALTRATOS, VIOLACIÓN Y DESNUTRICIÓN
La mujer de 41 años, nació y creció en Corea del Norte. A los 17 años decidió alistarse en el ejército de su país, bajo la promesa de una buena comida diaria. La ex-soldado acabó durmiendo en un colchón de paja de arroz, que si bien por un lado, absorbía todos los olores, por el otro largaba un olor insoportable en un dormitorio compartido por más de 2 docenas de mujeres.
Además, Daeun confesó que a los 18 años fue golpeada por un general de mediana edad que intentó violarla sin éxito. La antigua militar ha contado que a esa edad presentaba "los primeros signos de desnutrición".
Al parecer ese fue el pretexto que usó el mando para pedirle a Daeun que se quitara la ropa y así poder inspeccionar su condición.
En ese instante, según ha revelado Daeun, el general comenzó a golpearla en la boca, partiéndole varios dientes, y causándole una hemorragia en un oído.
Posteriormente, el mando militar norcoreano le amenazó con hacer su vida insoportable si contaba a alguien lo sucedido.
Lee ha explicado que las mujeres en el ejército se veían obligadas a proteger sus cuerpos, ya que si una quedaba embarazada tras ser violada, no solo era despedida de forma deshonrosa, sino también estigmatizada socialmente.
Por lo tanto en ese instante la mujer dejaba de ser apta para el matrimonio por haber perdido su “pureza”.
Lee, que ha descrito su experiencia militar como "la peor", ha contado cómo recibía el equivalente a US$2 al mes y que únicamente le daban de comer 3 cucharadas de arroz al día. Todo esto sumado a deplorables condiciones de vida y a un arduo entrenamiento en el Ejército de Corea del Norte.
Actualmente, las mujeres en Corea del Norte están obligadas a servir 6 años en el Ejército. Se estima que un 40% de las chicas de entre 18 y 25 años están cumpliendo con su deber en el Ejército.
Las condiciones para lavarse también no eran ideales: no había agua caliente y la solución era recurrir a una manguera conectada directamente a un curso de agua que caía de la montaña, que muchas veces despejaba serpientes y ranas.
Y durante casi 10 años Lee se enfrentó a este escenario todos los días.
Lee cuenta entonces que las rutinas de los hombres y de las mujeres eran muy similares entre sí. Sin embargo, el entrenamiento físico era más ligero y corto para las mujeres.
Por otro lado, las mujeres eran obligadas a realizar tareas diarias: cocinar y hacer la limpieza formaba parte de su día a día.
“Después de 6 meses a un año de servicio no menstruamos más debido a la desnutrición y al estrés”, concluyó la mujer.
El ejército de Corea del Norte dice que se toma en serio las acusaciones de abuso sexual y que los culpables deben cumplir sus penas de hasta 7 años de cárcel, pero ninguna mujer está dispuesta a declarar.“A menudo, los hombres no son castigados. La violencia doméstica es comúnmente aceptada y no denunciada. Lo mismo ocurre en el ejército”, dice Morillot.
La soldado trató de escapar de Corea del Norte en 2008, pero fue sorprendida en la frontera con China y enviada a un campo de detención durante un año. Había salido del ejército alegando que quería estar más cerca de la familia.
Poco tiempo después de salir de la cárcel, volvió a tratar de huir. Cruzó un río a nado y, ya en China, se encontró con un agente que le arregló el viaje a Corea del Sur, donde vive desde que desertó.
Lee Daeun se unió al ejército por voluntad propia, pero en 2015 se anunció que todas las mujeres en Corea del Norte estarían obligadas a cumplir 7 años en el servicio militar a partir de los 18 años. Los hombres han de cumplir 10 años – el servicio obligatorio de largo a nivel mundial, convirtiendo a esta en una realidad obligatoria para todas las mujeres que nacen en ese país.
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