(U24) - Hoy en día la educación claramente no es la prioridad del gobierno nacional. Desde la reducción del Ministro de Educación a una simple Secretaría, el intento de cierre de escuelas nocturnas por parte de Horacio Rodríguez Larreta, el desfinanciamiento del CONICET, etc.
Sólo entre 2018 y 2019 el presupuesto nacional para reparar escuelas cayó de 9.290 a 2.614 millones de pesos, en educación digital de 3.400 a 1.428 millones de pesos y la construcción de los 3.000 jardines de infantes prometidos, de 6.063 a 2.528 millones de pesos.
Pero el golpe más fuerte lo recibió la educación técnica, la más necesaria en épocas de crisis del mercado de trabajo: el gobierno redujo a la mitad la inversión prevista en la ley.
El último informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia (UCA) donde se mideron las inequidades en el ejercicio del derecho de las niñas y los niños lanzó algunos datos como que el 26,8% de los niños en situación de pobreza (hay 62% de pobres en Argentina actualmente, más de la mitad del país) no asisten siquiera al nivel inicial de educación.
Aquellos que sí asisten son en su gran mayoría estudiantes de escuelas de gestión pública o estatal y cuentan con 9,1% de déficit en el nivel educativo primario y un 36,5% en el nivel secundario. Hoy en día la escuela es más una contención que un lugar de formación.
En la mayoría de las escuelas públicas se sirve al menos una comida al día y se contienen a los chicos quienes cuentan con fuerte déficit emocional en sus hogares. Por ejemplo, en el informe del Barómetro se muestra que el 22,6% de los chicos comparte cama o colchón para dormir a causa del hacinamiento, el 40,2% no tiene libros infantiles en su hogar y al 17% de ellos ni siquiera les festejan los cumpleaños.
La Unión de Docentes Argentinos realizó un estudio en más de 300 escuelas de todo el país y es alarmante el resultado de cantidad de chicos que dejan sus estudios secundarios: el 25%. Las dos razones principales son: no alcanza el dinero para seguir yendo al colegio y el deber de ayudar a la economía familiar desde temprano.
Otras razones son la distancia de los hogares a las escuelas, el cuidado de familiares, y enfermedades. En algunas provincias del país, como es el caso de Misiones, son el 50% de los matriculados los que dejan sus estudios secundarios y casi exclusivamente por problemas económicos.
Ahora, en el Conurbano son 5 alumnos de 10 los que o repiten o se van del colegio por motivos sociales y económicos. En cuanto a las zonas urbanas de nivel económico medio-alto también repiten los alumnos y son 3 de cada 10, yendo casi exclusivamente a instituciones privadas.
El abandono es muy bajo, de 1 alumno de cada 10. Aunque la crisis económica es lo que actualmente preocupa a casi todos los argentinos, la educación es un pilar clave para el correcto desarrollo de un país y es indispensable para generar igualdad de oportunidades en un país con más personas debajo de la línea de pobreza que encima.
Si no se invierte en educación el círculo vicioso es cada vez más profundo haciendo imposible salir de él. Genera que los pobres sean cada vez más pobres y la brecha entre unos y otros sea más profunda que cualquier otra grieta absurda que tapa la vista de lo verdaderamente importante.
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