(U24) - El jueves 11/04, los legisladores rusos decidieron avanzar con el monopolio de la red y de la información siguiendo los pasos de China, su hijo comunista que todavía prevalece, y aprobar un proyecto de ley que permite la intervención del gobierno en el control de la World Wide Web (Internet). Además de minimizar la "transferencia al extranjero de datos intercambiados entre usuarios rusos", según explica el documento.
El proyecto tiene como objetivo la creación de un sistema de nombres de dominio (DNS) alternativo y ajeno al controlado por Estados Unidos para proteger la sección en ruso de Internet en caso de que esté desconectado de la World Wide Web y limitar el acceso a sitios con información que ellos consideren prohibida.
De la misma forma que hace China hace años, al someter a sus 700 millones de usuarios de Internet a un monitoreo sin escrúpulos que bloque contenido político disidente, juegos de azar y pornografía,
Rusia pondrá a los consumidores de Internet a un control exhaustivo y difícil de evadir, encerrando así a toda la población en una burbuja informativa.
Walter Lippmann, el pensador, filosofo y periodista estadounidense, en 1922 explicó el concepto de pseudoambiente: un mundo que se instala entre la persona y el entorno real, el cual la persona, a través de la información que recibe desde los medios de comunicación, en este caso de Internet, crea y percibe como el mundo real y sobre el que basa sus decisiones, cuando en realidad es una imagen distorsionada.
Esto es lo que ocurre si las personas consumen solo un tipo de información y lo que ocurrirá en Rusia cuando el saber diario de la población se base en datos aportados por el gobierno. Además de aislarlos del ámbito internacional al bloquear las aplicaciones de mensajería, y dificultar la evasión de las restricciones gubernamentales.
De acuerdo con los defensores del proyecto, el fin de crear un tipo de Internet ruso principal es protegerse de algún posible ataque de desconectada de Internet por los Estados Unidos u otras potencias hostiles, aunque hasta ahora ningún país fue desconectado completamente de Internet.
En contrapartida, el proyecto causó estragos en la sociedad, quienes están acostumbrados a vivir en una Internet abierta, y mismo en los partidos opositores ya que lo ven como censura.
Por ejemplo el activista Sergei Boiko, que ayudó a organizar las protestas que tuvieron lugar desde que se presento el proyecto de ley en diciembre de 2018, dijo que "podría haber más manifestaciones".
En el intento de los parlamentarios rusos de volver a un sistema de información de la Guerra Fría, donde los países influenciados por la potencia comunista, se olvidaron que esta vez el proceso de censura no iba a ser tan fácil ya que ya no solo alcanza con controlar la prensa escrita, radial y televisiva, sino que se enfrentan a un monstruo mucho más grande como lo es la World Wide Web (el fenómeno WWW).
Nikolai Zemtsov, un legislador defensor del proyecto, explicó a la agencia de noticias estadounidense, The Associated Press, que: "Rusia podría cooperar con los países ex soviéticos en un "Runet" (Internet en ruso) donde las noticias de medios occidentales críticos estaban restringidas".
Sin embargo, este no es el primer intento de Rusia en controlar la red, ya que el año pasado intentó bloquear Telegram y las autoridades presentaron una orden judicial prohibiéndole el acceso a la información de los usuarios.
También en 2015, el líder ruso, Vladimir Putin, y chino, Xi Jinping, firmaron un acuerdo en cuanto a la cooperación en el ámbito de la seguridad de la información internacional, con el fin de afianzar la idea de un Internet nacional y soberano.
Es por eso que en la actualidad el creador de la Internet soberana china, Fang Binxing, está promoviendo una idea similar, siendo Corea del Norte el único que lo aplica.
El proyecto de ley ya fue aprobado en segunda lectura, donde se finalizan las enmiendas, por 322 parlamentarios en la Cámara Baja, pero todavía falta una tercera lectura en Cámara Alta antes que sea autorizada por el presidente.
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