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CARLOS DELFINO - LA NACION
Aun a pesar de que le resta sumar un punto para asegurarse la permanencia en primera división, Huracán resiste de pie en la Copa Sudamericana y con serias posibilidades de continuar el sueño continental.
Se aferró a su oficio para sobrellevar el compromiso ante Defensor Sporting con una victoria por 1 a 0 que le permite mirar con optimismo el desquite del martes próximo, en Montevideo, por los cuartos de final.
El equipo de Eduardo Domínguez se vio sometido a cierto asedio en el primer tiempo, pese a lo que podía suponerse por el peso de la localía. Huracán intentó establecer diferencias por los costados, a través de la velocidad de Cristian Espinoza y de Ezequiel Miralles, pero falló en la puntada final.
De todos modos, las mejores situaciones fueron a través de envíos con pelota parada en favor de los visitantes. Hubo un disparo desde afuera del área de Castro que impactó en el pecho de Marcos Díaz, que luego se destacaría en otras intervenciones.
Con poco, Defensor sentía que disfrutaría de una noche mayormente tranquila, en la que no estaba obligado a realizar todo el gasto. En el segundo tiempo, Huracán manejó más la pelota y Defensor quedó más limitado a ajustar los recaudos defensivos.
Lentamente, se fue encontrando con facilidades en el medio y en el ataque que le hubieran permitido dar el golpe antes frente a los uruguayos, que dejaron de presionar y empezaron a cometer distracciones atrás. Igual, al Globo le costaba llegar con peligro hasta el arco de Martín Campaña.
Sólo se aproximaba con remates de media distancia y centros cruzados. Si bien los locales no mostraban mucha variedad de ideas, sí ofrecían determinación. Huracán atacó más porque ganó espacios, especialmente en la posición de Cristian Espinoza, quien fue la llave para poner a Ramón Ábila en situación de ataque.
Fue cuando lanzó el centro que terminó en la cabeza del delantero para decretar el 1-0 definitivo. Vale mencionar que en la jugada anterior, el arquero Marcos Díaz exhibió fantásticos reflejos para desviar un cabezazo de Arambarri.
Se trató de la primera vez que el Globo venció a un equipo uruguayo en su estadio. Y de esta manera estiró el invicto en este certamen. Defensor arrimó algo de peligro en el final con intentos desesperados, que chocaron con la solidez que construyeron los centrales Martín Nervo y Federico Mancinelli.
Los intentos del rival no impidieron que Huracán se ilusione con regalarse una alegría en esta Copa Sudamericana, el objetivo que más le seduce en este semestre. LA NACION - Deportiva
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