AGENCIA / SALUD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El bypass ha sido uno de los logros más importantes -cientificamente hablando- por los argentinos.
El tan recordado cardiocirujano René G. Favaloro fue el responsable de estandarizar y sistematizar esta técnica, en la década de 1960; una cirugía que poco tiempo después se convirtiría en una de las más practicadas en todo el mundo, ya que brindó la posibilidad a miles de pacientes con enfermedad coronaria (aterosclerosis) de prolongar la vida y mejorar su calidad.
Esta operación consiste en evadir una arteria que está tapada o dañada para que la sangre circule por otro lado. Puede tomarse una porción de otro vaso sanguíneo o incluirse un tubo artificial que actúe como puente y permita que la circulación siga siendo adecuada pese a la arteria taponada.
Ahora, un estudio publicado por la revista científica 'Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology', que trata sobre temas de nuestro motor, el corazón, reveló que el botox resulta ser no sólo una buena manera para prolongar la vejez en el rostro, sino que también un buen complemento para prevenir los irregulares ritmos del corazón cuando se lo inyecta en la grasa que rodea al mismo después de la cirujía de bypass.
La toxina botulínica (también llamada "botulinia" y conocida por la gran mayoría de nosotros como "botox") es producida por la bacteria 'Clostridium botulinum'. Cuando se inyecta una mínima cantidad de botox en un músculo, cuenta, bloquea las señales nerviosas que ordenan a los músculos que se contraigan.
La fibrilación auricular, por su parte, es un temblor o latidos que el corazón va realizando en forma irregular (arritmia) y que puede llegar a generar la formación de coágulos de sangre, accidente cerebrovascular (ACV), insuficiencia cardíaca y otros tipos de complicaciones relacionadas con el corazón.
"Alrededor de un tercio de todos los pacientes sometidos a cirugía de bypass desarrollará fibrilación auricular, lo que los pone en mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares", asegura el autor principal del estudio, Jonathan S. Steinberg, profesor adjunto de Medicina en la Universidad de Rochester y director del Instituto de Arritmia del Sistema de Salud de Ridgewood, en Nueva Jersey, USA.
"La fibrilación auricular también se asocia siempre con más tiempo de hospitalización y mayores costos de salud", agrega.
El informe del estudio realizado se sustenta en una investigación llevada a cabo en Rusia. Allí, en 2 de sus hospitales, los investigadores determinaron al azar que 60 pacientes debía recibir botox o inyecciones de solución salinas.
Dichas inyecciones se hicieron en las 4 principales almohadillas de grasa que rodean el corazón. Para evitar sesgos, ni los pacientes ni los médicos sabían si las inyecciones contenían botox o solución salina.
Luego, los investigadores encontraron que en los 30 días siguientes a la cirugía, los que recibieron la inyección de botox durante la cirujía de bypass del corazón tuvieron un 7% de probabilidades de desarrollar arritmia, comparado con el 30% por ciento de posibilidades que tenían aquellos a los que les administró la solución salina.
Un año después de la cirugía, ninguno de los pacientes que recibieron botox tenía fibrilación auricular (FA, como también se la conoce a la arritmia), frente al 27% de los tratados con la solución salina.
No se detectaron complicaciones de las inyecciones de botox. Pero las complicaciones de la cirugía de derivación fueron similares en ambos grupos, incluyendo el tiempo en terapia intensiva y con un respirador y la tasa de infección.
Los autores señalan que los resultados deben replicarse en estudios más amplios antes de que las inyecciones de botox se empleen rutinariamente para prevenir la FA después de la cirugía de bypass. Si se confirma en los pacientes de bypass del corazón, las inyecciones de botox también podrían ayudar a prevenir la FA en personas sometidas a reparación o sustitución de la válvula. Aproximadamente, la mitad de los pacientes desarrollará la FA después de la cirugía.
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