PANORAMA GLOBAL
En su primera carrera presidencial en 2008, Barack Obama se comprometió a cerrar la prisión estadounidense instalada en la Bahía de Guantánamo (Cuba) tras los atentados del 11-S.
El tiempo del Presidente para cumplir esta promesa se agota. Pero no su deseo por clausurar un centro que no mejora "nuestra seguridad nacional sino que la mina", ha asegurado durante la presentación del plan para echar el cierre a la prisión.
"Se trata de cerrar un capítulo de nuestra historia. Refleja las lecciones que hemos aprendido desde el 11-S, las que necesitamos que guíen nuestra nación", ha subrayado Obama desde la sala Roosevelt de la Casa Blanca, recordando en varias ocasiones que su predecesor George W. Bush manifestó que quería que se cerrase.
En plena batalla contra el terrorismo extremista, el Presidente ha querido destacar los éxitos de las fuerzas estadounidenses en la detención de peligrosos terroristas -como Dzhokhar Tsarneaev condenado por los atentados de la maratón de Boston- y su presencia en suelo estadounidense.
"Podemos capturar terroristas, proteger a los estadounidenses y cuando lo hacemos bien, ponerlos en prisiones de máxima seguridad", ha relatado Obama, subrayando el orgullo estadounidense de ser ejemplo para otras naciones.
La iniciativa que supuestamente contaba con el beneplácito de demócratas y republicanos hace 12 años (explícitamente se había manifestado el senador John McCain), se fue tornando cada vez más difícil.
A día de hoy, con mayoría republicana en las dos cámaras del Congreso y en año electoral, parece imposible que llegue a buen puerto.Con la tranquilidad de no optar a la reelección -el máximo constitucional son 2 legislaturas- y absolutamente comprometido con esta tarea, Obama ha anunciado que el Departamento de Defensa había remitido al Congreso el documento que tiene por objeto clausurar la prisión de Guantánamo antes de que abandone la Casa Blanca.
Un centro por el que han pasado cerca de 800 detenidos desde 2002 y en el que actualmente hay 91 reclusos, de los cuales 35 están esperando a ser transferidos a otros países.
Durante la Administración Obama, 147 reclusos abandonaron la prisión y fueron trasladados mayoritariamente a Oriente Próximo, África y la Península Arábiga (81), según los datos del Pentágono.
En un plano más tangible, el del dinero, el Presidente ha repasado los costes que supone tener abierto el centro. Se refirió a los US$ 450 millones que costó el centro el año pasado; a los que añadió otros US$ 200 millones de costes adicionales...
Cuando Guantánamo mantiene menos de un centenar de detenidos. El ahorro, ha añadido, podría alcanzar hasta US$ 85 millones anuales.
Según el plan hecho público por el Departamento de Defensa en su página web, de llevarse a cabo el nuevo plan, los costes para mantener en territorio nacional a los reclusos se reducirían entre US$ 140 millones y US$ 150 millones.
Buena parte del ahorro, remarca el documento, resultaría de la reducción de gastos operativos en las instalaciones así como del personal encargado de custodiar a los detenidos.Para que el plan vea la luz es necesario que "el Congreso levante prohibiciones innecesarias en la legislación actual", apunta el plan del Pentágono, que también señala la necesidad de realizar cambios en la Ley de Comisiones Militares de 2009.
El proyecto para cerrar el centro de detención incluye acelerar las revisiones periódicas de los reclusos y llevar a "una ubicación segura en USA", según ha dicho el Presidente sin especificar algún lugar, a aquellos que son objeto de comisiones militares, que no pueden ser transferidos a terceros países o que suponen una amenaza significativa para el país.
Según señala el Pentágono en el documento, actualmente hay 46 detenidos que no son elegibles para ser trasladados conforme a las condiciones detalladas en el plan.
Acompañado por el vicepresidente Joe Biden y el secretario de Defensa, Ash Carter -cuyo equipo se ha encargado de la redacción-, el Presidente ha explicado las contraindicaciones que tiene mantener Guantánamo abierto; un tema del que suele hablar con los mandatarios internacionales con cierta frecuencia.
"Es contrario a nuestros valores", ha dicho después de recordar que la existencia de este centro es usada por los terroristas"como propaganda en sus esfuerzos por reclutar" nuevos miembros.
El portavoz de los conservadores en el Senado, Mitch McConnell ha expresado su oposición a que los detenidos sean trasladados a USA.
"El Congreso ha actuado una y otra vez de forma bipartidista para rechazar el deseo del presidente de transferir peligrosos terrorista a comunidades locales", ha recordado.
McConnell no obstante, ha señalado que revisarán el plan del Presidente aún a sabiendas de que el Congreso"ya se ha expresado en contra".
Entre los candidatos presidenciales del GOP, la oposición al cierre es mayoritaria.
El senador Marco Rubio ha aprovechado su mitin en Nevada para subrayar que "no deberíamos liberar a la gente que está allí ahora".
El gobernador de Ohio John Kasich ha señalado su oposición a la clausura en las redes sociales: "El Presidente está completamente equivocado sobre la Bahía de Guantánamo". En sentido contrario, los aspirantes demócratas como Bernie Sanders han celebrado el plan para cerrar un centro que"mina nuestra política exterior", dijo el senador por Vermont.
En medio de la batalla electoral, el presidente Obama ha insistido en lo apropiado del momento para cerrar la prisión. "No quiero pasar este problema al próximo Presidente, sea el que sea", ha dicho en su intervención de poco más de 17 minutos en la Casa Blanca.
Obama ha sostenido que ha trabajado estos años para cumplir su promesa y que, de no llevarse a cabo ahora, futuras generaciones mirarán al pasado y se preguntarán "por qué fallamos cuando el camino correcto, el lado adecuado de la historia y de la justicia estaban claras".
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