ARGENTINA / LA RIOJA
El caso de Milagro Sala en Jujuy no es el único ni el primero en el que organizaciones políticas o sociales ligadas a un gobierno retiran dinero sin rendir más cuentas que la presentación de avales del propio Poder Ejecutivo.
En La Rioja hay un caso puntual: se llevaron $ 570 millones en bolsos durante la gestión de Luis Beder Herrera.
Justamente, en la gestión calificada por legisladores opositores como la de “mayor índice de corrupción".
En La Rioja, se aplicó una modalidad similar a la empleada por Milagro Sala y la cooperativa Pibes Villeros Ltda, ya exhibida en los videos que circulan por la prensa audiovisual en estos días.
El entonces Directorio del Nuevo Banco de La Rioja (que contolaba el empresario Néstor Ick) denunció ante el Banco Central (BCRA) que unas 15 organizaciones no gubernamentales recibieron $ 570 millones.
A aquel hecho irregular se lo reportó como una “operación sospechosa” ante las autoridades competentes.
Eran subsidios que Beder Herrera otorgaba a diversas fundaciones, asociaciones civiles y cooperativas, que se depositaron en cajas de ahorro y generalmente eran retirados en efectivo y por ventanilla.
Se detectaron irregularidades con respecto a 96 personas jurídicas, a muchas de las cuales debió procederse a cerrar sus cuentas.
Incluso la diputada radical Inés Brizuela y Doria sostuvo que "una ONG vinculada a un Ministerio del gobierno cobró $ 290 millones de fondos públicos, en efectivo por ventanilla".
La oposición sospecha que fueron acciones de "lavado de dinero". El Banco Central puso en práctica los controles relativos a la prevención de operaciones de lavado de dinero.
Entonces, Beder Herrera expropió el Nuevo Banco de La Rioja y no pagó un solo peso por las acciones de la entidad, que era controlada por los mismos propietarios del Banco de Santiago del Estero.
Semejante escándalo político e institucional golpea ahora las arcas de la provincia, dado que el nuevo gobernador Sergio Casas se ve impedido de salir al mercado de capitales a colocar deuda para financiar las cuentas públicas.
Casas, que fue vicegobernador de Beder Herrera, le pidió al exgobernador "que arregle lo que desarregló" y este intentó, sin propuesta concreta, negociar una financiación con los accionistas despojados en 2015 (se trata de Néstor Ick y socios).
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