Revelaciones sobre la muerte del fiscal Nisman complican cada vez más a la fiscal Fein.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- La fiscal Viviana Fein está cada vez más desacreditada al frente de la investigación de la muerte de Alberto Nisman.
La jueza y exesposa del fallecido fiscal, Sandra Arroyo Salgado, la está desgastando y ya nadie habla de su trabajo sino del informe que elaboró la mujer con un grupo de prestigiosos peritos que descartan cualquier tipo de suicidio.
Esta semana, Salgado dejó en evidencia ante la sociedad a Fein cuando ésta negó la existencia del Punto 12 del informe de la jueza que habla de la mecánica de la muerte de Nisman.
Allí se decía que el fiscal estaba hincado frente a la bañera al recibir el disparo mortal y que las salpicaduras de sangre lograban ubicar al tirador dentro del baño del departamento Le Parc.
Pero hay otro dato importante que no figura en la investigación de Fein y que no podía pasarse por falto. Según el informe personal que redactó el licenciado en criminalística y ex jefe de la policía Bonaerense Daniel Salcedo a pedido de Arroyo Salgado, en el cadáver habría marcas de “agarre y deslizamiento de los dedos de una mano sobre uno de sus brazos", señal inequívoca de que se armó la escena del crimen para demostrar que nadie estuvo dentro ya que el cuerpo de Nisman estaba recostado sobre la única puerta que tenía el baño, lo que dificultaba su ingreso o salida del lugar pero no la hacía imposible como se dijo en un primer momento.
La conclusión de Salcedo es acompañada por el forense Osvaldo Raffo y el perito Julio Ravioli, todos parte del informe final que Arroyo Salgado presentó ante la fiscal Fein y a la prensa la semana pasada.
Junto a Nisman, en el baño, los peritos de la querella ubican a un posible "atacante", parado atrás.
"La víctima tenía una talla de 1,82 m, muy probablemente se encontraba en un plano inferior con respecto al atacante ubicado detrás y a la derecha", dice el informe según reseña hoy el diario La Nación.
El escrito advierte que parte de la mano derecha de Nisman, con la que se habría disparado, estaba limpia, y que el único motivo para eso es que hubiera habido algo tapándola, como "un objeto o una mano". La ex mujer de Nisman ya tiene también a un sospechoso.
Fue ella quien logró de la jueza Palmaghini que la policía Metropolitana allanara la casa de Diego Lagomarsino donde se secuestraron principalmente elementos informáticos. En tanto, se conoció este viernes (13/03) un acta ante escribano del supuesto espía “Allan” Bogado –que aparece en varias escuchas telefónicas presentadas en la denuncia de Nisman- presentada ante la Justicia el 23 de enero, en referencia a las escuchas.
Allí, Bogado aseguró que cumplió tareas para Antonio Horacio Stiuso, ex director General de Operaciones de la central de inteligencia, aunque la “Casa” haya negado haberlo tenido en su nómina de espías.
Según relata Infobae, Bogado detalló que trabajaba para Stiuso "desempeñándose como colaborador, siguiendo precisas instrucciones para efectuar una diversidad de actividades".
Incluso, señaló que le había prometido "un cargo jerárquico" en la secretaría en caso que ejecutara con éxito las operaciones. Pero reconoce que Bogado aseguró que mantuvo un "vínculo personal" con Jorge "Yussef" Khalil y que éste le dijo que "quería hacer un acercamiento con gente ligada al gobierno porque su posición era que la causa AMIA estaba direccionada a producir una situación muy injusta, no sólo para los imputados sino para las naciones directamente involucradas, la Argentina e Irán".
El supuesto "espía" indicó que ni bien le contó a Stiuso de su vínculo con Khalil, aquel le dijo: "Me interesa, porque a Yussef nunca lo hemos podido penetrar, es muy cerrado en sus vínculos y me interesa saber todas sus formas de contacto y con quién se junta".
Entonces dijo que recibió "expresas directivas de acercamiento y obtención de confianza con el objetivo referido".
Por último, y en referencia al caso AMIA, este viernes (13/03) el Gobierno nacional oficializó la desclasificación de los documentos de la causa AMIA, medida que había sido anticipada por el titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, a mediados de enero y que se adoptó tras la muerte del fiscal Alberto Nisman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario