domingo, 21 de febrero de 2016

A TRAVÉS DE UN REFERÉNDUM, EVO MORALES BUSCA PERPETUARSE EN EL PODER

LATINOAMÉRICA / BOLIVIA 



Más de seis millones de bolivianos decidirán hoy si autorizan al presidente a presentarse para un cuarto mandato que concluiría en 2025, en una consulta crispada por denuncias de corrupción y la muerte de seis personas en un ataque a una alcaldía de oposición. 


Hasta la semana pasada, los partidarios de la reforma constitucional para permitir a Morales postular a un cuarto mandato consecutivo estaban empatados. Pero las acusaciones que le afectan directamente empiezan a modificar el tablero y, según recientes sondeos, los partidarios del No (47%), superan al Sí (27%).

De confirmarse el escenario, sería la primera derrota directa en los 10 años que lleva en el poder Morales, uno de los últimos representantes del llamado socialismo del siglo XXI.

Previamente su partido había perdido en 2015 plazas clave en las elecciones municipales. Morales, el primer indígena aymara en llegar a la presidencia, está afectado por el escándalo del supuesto tráfico de influencias en favor de su ex pareja, Gabriela Zapata, quien a sus 28 años es una alta ejecutiva de la firma china CAMC, con contratos con el Estado por 576 millones de dólares.

La Contraloría y el Congreso investigan el tema. Casi dos semanas después de la denuncia, Morales reaccionó en un discurso público: "¡Qué tráfico de influencias, todo es un montaje de la embajada de Estados Unidos!" para perjudicarlo en el referendo, según señaló.

El periodista que denunció el caso, Carlos Valverde, jefe de inteligencia en la década de los 90, fue "agente encubierto de la embajada de Estados Unidos", según el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana. Valverde rechazó la acusación.

Morales también podría verse perjudicado por las consecuencias de un ataque el miércoles a la alcaldía de El Alto, en poder de la oposición, que se cobró seis muertos por la inhalación del humo tras los incendios, provocados supuestamente por miembros del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).

Luego de admitir al inicio que "si gana el No, es un derecho y, por supuesto, el MAS (su partido) tendrá su candidato", Morales proclamó recientemente que "el domingo vamos a ganar ampliamente (..), el pueblo va a decidir conscientemente y va a faltar tiempo para festejar".

Esta es la primera vez que el riesgo de una derrota en las urnas amenaza a Morales. En 2006 había asumido con el 54% de los votos, en 2010 con un abrumador 64% y en 2015 obtuvo con un 61% un tercer mandato que concluirá en 2020, convirtiéndose en el mandatario que más tiempo ha permanecido en el poder en Bolivia.

El ex candidato presidencial Samuel Doria Medina, derrotado dos veces por Morales, anticipó que la opción No "triunfará con por lo menos diez puntos de ventaja", también por las denuncias de corrupción en un fondo indígena que salpica a decenas de dirigentes del MAS, entre ellos una exministra encarcelada preventivamente.

El gobierno sospecha que el daño económico podría llegar a poco más de 2 millones de dólares por la realización de obras fantasma, por lo que continúan las investigaciones, aunque la oposición estima que el daño podría rondar los 140 millones.

Por este caso renunció la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, cercana al mandatario aymara, y hay varios dirigentes presos. Mientras la oposición ha concentrado su artillería en la corrupción y el prorroguismo, Morales y su vicepresidente Álvaro García Linera -acusado de no tener título académico o de tramitar irregularmente su libreta de servicio militar- han intensificado sus discursos acerca de la bonanza económica que vive el país. (www.infobae.com.ar)

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