domingo, 21 de febrero de 2016

MARTES 01/03: BASTA DE FULBITO DE VERANO, COMIENZA EL TORNEO DE VERDAD

CLAVES / NOTA DE OPINIÓN 

Recuerdo: Mauricio Macri habla con Ariel Ortega durante un partido jugado con glorias de River Plate.


 por CLAUDIO M. CHIARUTTINI 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Cuando faltan pocos días para que Mauricio Macri de inicio a las Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional, escenario en el que se verificará el nivel de gobernabilidad, consenso y acuerdo que alcanzó él con el resto de las fuerzas políticas, el anuncio del aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias no sólo inauguró la “forma PRO” de organizar actos en la Casa Rosada, sino también, mostró los primeros apuntes de lo que podríamos llamar “alianza de gobernabilidad” que el Poder Ejecutivo ha podido tejer en los últimos 2 meses. 


El acto mostró, tal como es usual, la marcada diferencia con el estilo y las formas kirchneristas. Lista de invitados limitada, funcionarios separados de los invitados (salvo en los casos de Gabriela Michetti y Jorge Triacca), distancia más que prudencial entre unos y otros, ausencia de barras o militancia, corta duración y sobriedad espartana caracterizaron el anuncio encabezado por Macri.

Y todo sucedió de mañana, lejos del prime time y el stand up vespertino que protagonizaba Cristina Fernández 2 o 3 veces por semanas. Por primera vez, Macri se pudo mostrar con una docena de gobernadores, todos lejanos al kichnerismo, cuyos legisladores ya forman parte de los bloques Cambiemos o aliados en el Congreso Nacional. Juan Manuel Urtubey fue el más “mimado”.

Pero también estuvieron en primera fila Carlos Verna (La Pampa),Mario das Neves (Chubut), Juan Manzur (Tucumán), el impresentable de Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Juan Carlos Schiaretti (Córdoba), además de la vicegobernadora de Mendoza, Laura Montero; y dos que jugaron de “locales”: María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.

Cuando faltan menos de 10 días para el inicio de las Sesiones Ordinarias, Cambiemos puede mostrar un interbloque con 91 diputados nacionales, superando por 10 al Frente para la Victoria. A eso hay que sumarle los legisladores del massismo, del adolfismo, del zamorismo y el peronismo no kirchnerista; es decir,Mauricio Macri está cerca de tener su esforzada mayoría en la Cámara baja.

En el Senado, es casi lo mismo. No es un logro menor, pero la fidelidad y/o adhesión de los legisladores y de los bloques se verá en cada votación, en cada tema que se trate.

Por ejemplo, el adolfismo (por el senador nacional Adolfo Rodríguez Saá) ya anticipó que no apoyará el DNU que crea el Enacom en reemplazo del AFSCA y la AFSTIC.

El massismo también tiene reparos y va a presentar su propia lista de proyectos, y pide apoyo del macrismo en reciprocidad. Lo mismo sucedería con el peronismo no kirchnerista. Tal como era de esperar, todo muy condicionado, todo muy charlado.

De lado sindical, Mauricio Macri y su equipo logró sentar a Hugo Moyano, Gerónimo Venegas (que actuó como “local”, dado su acercamiento temprano al macrismo), José Lingueri, Armando Cavalleri, Julio Piumato, Guillermo Pereyra, Amadeo Genta y Julio Ávila.

Lo más rancio de “Los Gordos”, un par de petroleros y poco más. Se notaron las ausencias de Luis Barrionuevo y Antonio Caló, quizás, porque sus respectivos gremios escapan del beneficio fiscal anunciado, quizás porque se sintieron desilusionados con la reunión que tuvieron en la Casa Rosada. Y hasta acá llegó la lista de presentes.

Más de lo que muchos creían que el macrismo podría sumar en 2 meses, menos de lo que puede necesitar la Casa Rosada para asegurar la “paz social” que es recomendable para un Gobierno que avanza en un proceso de sinceramiento y ajuste de distorsiones de variables macro-económicas como pocas veces ha tenido la Argentina y eso que ya llevamos 4 planes de ajuste en 40 años.

La imagen se completa con la cena que Macri dio a los legisladores de Cambiemos en la Quinta de Olivos y al principio de acuerdo alcanzado con el Frente para la Victoria en el Senado para tratar los primeros Decretos de Necesidad y Urgencia firmados por el Presidente en los 2 meses recientes.

Otros 2 “triunfos” en mano. Los armados políticos y los votos dejaron un panorama desarticulado del escenario político argentino. A eso hay que sumarle la habitual fragmentación que se da en el peronismo luego de una derrota electoral.

El resultado es la elección, por primera vez desde 1983, de un Presidente de la Nación sin el control de ninguna de las 2 cámaras del Congreso y con la principal fuerza opositora, el Frente para la Victoria, que no tiene intenciones de hacerle fácil la tarea de Gobernar.

No obstante, el 01/03 comienza otra etapa del Gobierno de Mauricio Macri. Hasta acá, la fórmula“prueba/error” ha tenido bajos costos políticos, pero alto costo en imagen del Presidente de la Nación y en la gestión.

Los éxitos y fracasos parlamentarios serán esenciales para consolidar o debilitar la necesaria gobernabilidad que requiere para seguir avanzando con el proceso de sinceramiento y ajuste económico.

En este marco, de ahora en más, hay poco espacio para cometer errores, tal como ocurrió con las modificaciones a Ganancias, oportunidad en la que se hizo un anuncio y 24 horas más tarde, lo cambiaron, causando un gran enojo entre los sindicalistas que horas antes habían estado en Casa Rosada.

Desde el 01/03, además del desafío parlamentario, el comienzo de las clases, la negociación de las paritarias, cerrar el acuerdo con los holdouts, lograr que lleguen inversiones y conseguir nuevo financiamiento el clima social y político se tensará con la llegada de las boletas de aumento de luz, la suba de los aumentos de impuestos provinciales y municipales y la escalada de precios en los súper e hipermercados.

Así, la macro y la microeconomía, lo interno y lo internacional y las gestiones propias y las negociaciones que llevarán adelante otros se combinarán para apuntalar o debilitar a Macri.

Ahora sí, cualquier sombra de “luna de miel” que pudo tener el macrismo en el poder habrá desaparecido y la será el “arte del consenso”, la eficiencia y la eficacia en la gestión lo que definirá el destino del Gobierno.

Si algo se critica de esta primera etapa de la Administración Macri es no haber mostrado un plan económico para sacar a la Argentina de la inmensa crisis que la dejó Cristina Fernández.

Se fijaron metas fiscales y monetarias, de negociación y de acuerdos, pero eso no es un plan y, aunque no puedan/no sepan/no quieran explicarlo, el plan deberá comenzar a conocerse. Las medidas, más o menos desarticuladas, tal como se han visto hasta ahora, no alcanzan para satisfacer todas las exigencias de las corporaciones que se plantan frente al macrismo.

Pero, a favor de la Casa Rosada hay que señalar que es tan inmensa la crisis que dejó el kirchnerismo que, cada corporación que se sienta a negociar frente al Gobierno viene tan golpeada y tiene tan larga lista de reclamos, que el Poder Ejecutivo tiene en sus manos mucho para ofrecer y mucho más para negar o postergar.

Es la necesidad de los otros y las divisiones internas que hay en esas corporaciones lo que permite “filtra”acuerdos y consensos, como quién junta las piezas de un rompecabezas. Al Gobierno le encantan los términos futbolísticos.

Recurriendo a estos, el “campeonato de verano” terminó sin grandes triunfos, pero tampoco con grandes derrotas. La hinchada no está feliz pero tampoco triste aunque quiere ver más goles. Y goles es lo que deberá meter el Gobierno.

Sin embargo, para meter goles hay que mostrar que o se tienen buenos jugadores o se recupera a un Martín Palermo.... El gabinete del PRO se nutrió de CEOs. Pero es el momento que los CEOs muestren resultados. Tanto en lo político, como en lo económico.

El año, en realidad, recién comienza. Hasta ahora, fue el precalentamiento, los partidos para el campeonato, se comienzan a jugar ahora. Jaime Durán Barba sigue insistiendo que la “herencia” del kirchnerismo no le importa a la opinión pública. Muchos en Cambiemos (y sus aliados) exigen dar a conocer la verdadera profundidad del despilfarro, la corrupción y las barbaridades que Cristina Fernández y sus funcionarios cometieron durante estos 12 años que pasaron.

Y, según adelantó el ministro de Interior, Vivienda y Obras Pública, Rogelio Frigerio, Macri explicará en la Apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional cuál fue la “herencia” recibida.

Quizás, al desnudar el “relato” kirchnerista, se observe que durante el “campeonato de verano” se hizo más que precalentamiento, balances, auditorías y algunas “jugadas dudosas”. Eso quizás no permita recuperar los más de 15 puntos de imagen positiva que perdió Mauricio Macri en estos 2 meses o la sensación de “mega-ajuste” que implican las primeras medidas de gobierno.

Sin embargo, describir correctamente el contexto permite comprender mejor la realidad que se vive: la causa permite entender la consecuencia. Tampoco evitará que los docentes inicien las clases sin protestar o que los gremios estatales aceptan el despido de “ñoquis”, o que la plata alcance en los hogares para pagar todas las cuentas con aumento, o para comprender por qué no se puede conseguir 1 kilo de asado a $ 90; pero es algo que la opinión pública se merece, dado que durante 12 años le han mentido.

Unas horas de verdad no vienen mal. Y el kirchnerismo teme a que se conozca la verdad, por ese motivo La Cámpora está tratando de boicotear la Apertura de Sesiones Ordinarias y el discurso presidencial.

La Justicia está comenzando a dar los primeros pasos en develar la profundidad de la corrupción kirchnerista. Pero la Justicia no avanzará más en este camino si no ve “gestos” de parte del poder político. Por eso, revelar la “herencia” que dejaron Cristina Fernández y sus funcionarios no sólo es necesario para comprender la dimensión de la crisis, sino también, para legitimar el avance de las causas judiciales contra el kirchnerismo.

De esta forma, el discurso presidencial del martes 01/03 no sólo es necesario para contextualizar la realidad argentina, para avanzar en el plan que no se anunció, para decirle a la opinión pública porqué verá que la plata no le alcanza como antes y para legitimar el accionar de la Justicia.

Todos pasos necesarios para asegurar la gobernabilidad. Ahora, el macrismo deberá demostrar que está preparado para gobernar 4 u 8 años. Hasta se llegó. La“pretemporada” acabó.

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