ECONOMÍA / ECONOMISTA
(U24) - El economista Miguel Bein, ex asesor de campaña de Daniel Scioli en 2015, dio sus impresiones sobre lo que está ocurriendo con el tipo de cambio y la tasa de interés de referencia tocando otra vez el 70%:
"La política tiene mucho que ver. Hay mucha volatilidad cambiaria que tiene que ver con el año electoral, cuando claramente todos los gobiernos intentan mantener el dólar a raya, como fue en 2011, 2015 y 2017. Yo inventé esa historia de los años pares e impares hace ya seis años y siempre se da que en un año electoral el Gobierno trata de que el tipo de cambio no se le escape. Al mismo tiempo, el temor que pueden generar las elecciones hace que haya más demanda de dólares.
Por lo tanto, es lógico que este año tengamos de vuelta el doble juego: el Gobierno, tratando de que el tipo de cambio se mantenga en zona de control, y el mercado, comprando dólares.
La idea es que la tasa de interés le gane a la inflación y que la inflación le gane al dólar. Este es el juego. Tiene herramientas. Por un lado, no tiene la sequía que tuvo el año pasado, que son US$8000 o US$9000 millones más. Después tiene los dólares del desembolso del Fondo, en la medida en que pueda conseguir refinanciación de las LETE en una proporción del 40% al 50%".
En diálogo para el diario La Nación, Bein consideró que en Argentina es mucho más importante contener el dólar que bajar la tasa: "La tasa de interés en la Argentina no tiene un impacto demasiado importante con el ciclo económico. Es más importante un dólar bajo control que una tasa de interés muy baja, porque la realidad es que el total del crédito al sector privado del sistema financiero son 13 puntos del PBI; es extremadamente chiquito y su capacidad de multiplicar los depósitos para un crédito que expanda la economía es muy limitada".
A su vez, describió lo que se vivió el año pasado (2018) con el salto del dólar: "Se cortó el crédito y nadie evaluó que el impacto iba a ser la duplicación del precio del dólar. Todo el mundo sabía que cuando se cortara el crédito, el dólar iba a valer más en la Argentina. En un año en que la sequía sacó US$8000 millones a la oferta y cortado el crédito cuando uno esperaba entre US$25.000 o US$30.000 millones, faltaron US$35.000 millones en la economía, hasta que llegó el acuerdo con el FMI.
Eso hizo explotar el tipo de cambio y después tuvimos una inflación cambiaria. Mientras el Banco Central los vendía, el tipo de cambio aguantó de $18 hasta $28, pero cuando las reservas se terminaron y el FMI dijo que prestaba, pero no para usar los dólares para sostener el tipo de cambio, ahí pegó otro salto y fue de $28 a $38.
El error propio fue haber entregado US$25.000 millones de las reservas del Banco Central a un tipo de cambio que no había terminado todavía de converger al equilibrio".
Sin embargo, auguró estabilidad financiera gracias a la asistencia del FMI: "El dólar mayorista no se mantendrá estable, pero con la oferta disponible -que faltó el año pasado-, en la medida en que evolucione claramente por debajo de la inflación, no es un mal resultado".
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