domingo, 8 de marzo de 2015

BRASIL COMO LA ARGENTINA: POLÍTICOS ENOJADOS CON LOS FISCALES

AGENCIA / OPINIÓN 


Eduardo Cunha, exaltado y sospechado presidente de la Cámara baja brasilera. 

 por TEREZA CRUNIVEL 

 BRASILIA (247). Ahora no es más rumor ni especulación. La caja de Pandora se abrió y de ella volaron maldiciones para casi todo el espectro político-partidario. Ahora lo que importa es saber hacia dónde irá este país con la economía constipada y el Parlamento clavado de denuncias, empezando por los presidentes de ambas cámaras.



 Todo va a depende mucho de cómo los investigados se van a comportar en la desesperación. Si prevalece algún acuerdo tácito de defensa mutua, habrá algo de estabilidad en el Congreso mientras se realizan las investigaciones, lo que según el juez Marco Aurelio Mello debe llevar un año.

 Si empieza el intercambio de acusaciones, uno acusando a otro de ser más sucio, si se hacen ajustes de cuentas o se cae en brotes de paranoia como el del jefe del Senado, Renan Calheiros, creyendo que el Palacio del Planalto puso su nombre en la lista de políticos sospechosos, las cosas se pondrán peores para todo el mundo.

 Además, la divulgación de toda la lista, incluso de los nombres que no tienen fuero privilegiado, fue decidida por el juez Teori Zavascki en sintonía con el Fiscal General Rodrigo Janot con el objeto de fumigar los rumores con la verdad.

 Se vio así que la presidenta Dilma Rousseff no tuvo pedido de investigación archivado. Y se ve que la situación de Renan Calheiros es tan complicada que nadie podría, sólo para debilitar al Congreso, empujar su nombre en la lista.

 El jefe del Senado será investigado por corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación ilícita en una investigación, y por los dos primeros delitos en otras dos investigaciones. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, será investigado por corrupción pasiva y lavado de dinero. Por no hablar sólo del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), por los mismo delitos serán investigados la senadora del Partido de los Trabajadores (PT) y ex ministra jefe de la Casa Civil, Gleisi Hoffmann, el nombre más notorio del partido oficialista en la lista de Janot, y el senador opositor Antonio Anastasia, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

 Los 34 parlamentarios de los seis partidos alcanzados deben estar recordando el juicio de la acción penal 470 (del llamado caso mensalao) e imaginando lo que les podría ocurrir.

Tienen motivo de sobra para inquietarse. Renan Calheiros y Cunha no están procesados. Por ahora son apenas sospechosos. Nada impide que continúen en sus cargos, pese a que va a aparecer en breve una campaña para que renuncien.

En tales cargos, tienen poder para dictar la agenda legislativa. Si la relación PMDB/PT empeora, Calheiros y Cunha pueden crear severas dificultades para el gobierno, frustrando el ajuste fiscal no sólo con el rechazo de medidas sino aprobando proyectos populistas que creen gastos, ampliando el descontrol de las cuentas públicas.

 O sea, la crisis política comienza ahora a juntarse con las dificultades económicas para llevarnos al peor de los mundos.

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