No, no es broma. Su Ministerio del Interior se ha visto obligado a publicar un manual que reduzca el creciente número de personas que están muriendo por hacerse autorretratos en lugares de riesgo.
Primero fue una chica de 17 años, que se tomó una foto sentada en la barandilla de un puente y resbaló. Más tarde, una joven de veintipocos realizó un absurdo que se recuerda: colocó un revólver que encontró en el cajón de un despacho en su palo para selfis, a ver qué tal quedaba. Ya os imagináis el resultado.
Más recientemente, dos adolescentes se electrocutaron al intentar retratarse con el móvil en el techo del tren en que viajaban. Estos tres sucesos han ocurrido en el plazo de poco más de un mes. Y todos en Rusia.
El país, obviamente, no es el único en el que han ocurrido muertes o accidentes de este tipo (ayer mismo, un británico moría cuando su palo para selfis fue alcanzado por un rato) pero sí el que mayor número de incidentes acumula.
No sabemos por qué en Rusia tienen esta extraña afición por sacar el smartphone para retratarse en situaciones arriesgadas.
En cualquier caso, el gobierno acaba de lanzar una guía para 'sacarse fotos con el móvil de forma responsable'.
Si esto nos lo hubieran dicho hace solo cinco años, habríamos pensado que se trataba de una broma poco ingeniosa. Pero no; el siglo XXI no para de darnos sorpresas.
"Cuando nos hacemos un selfi, no prestamos atención a lo que tenemos alrededor y no tenemos sensación de peligro", afirma la nota que acompaña a Safe Self, la guía que el Ministerio del Interior ha publicado y en las que se muestran situaciones potencialmente peligrosas como fotografiarse en las vías de un tren, colgado de una antena o junto a animales salvajes en libertad.
Sí, hemos llegado a ese punto en que las instituciones nos tienen que recordar que vale más nuestra vida que un puñado de likes en las redes. Esperemos que al menos los rusos se tomen las indicaciones en serio.
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