POLÍTICA / LA OTRA PELEA
El 28 del mes pasado se conoció una foto donde Miguel Galuccio fue "decapitado". A su lado estaba Daniel Scioli. Fue en una estación de servicio de la empresa con un eslogan de campaña, y los entendidos saben que en el original estaba el CEO de la petrolera.
Según el diario 'La Nación', un hombre de confianza le hizo notar el retoque de la foto, a lo que Galuccio respondió: "es una pavada", y aseguró que tiene una muy buena relación con Scioli.
Además, dijo que el sábado 3 de octubre, un asistente personal del gobernador lo contactó por mensaje de texto para invitarlo a La Ñata, la chacra de Scioli en Benavídez, a ver la pelea de "Tyson". Se refería a Víctor Ramírez, el "Tyson del Abasto", delfín del gobernador.
El presidente de YPF declinó porque estaba en Italia.
Lo cierto es que mientras el CEO pelea por seguir, tanto Scioli como Mauricio Macri evalúan alternativas propias.
En efecto, y tal como informó hace una semana Urgente24, los roces del oficialismo nacional con Galuccio vienen de antes.
Entre otras, la confrontación abierta con la socióloga y relacionista pública Doris Capurro data ya de fines de 2014. Capurro es vicepresidenta de Comunicación y Relaciones Institucionales de la petrolera, tiene llegada a Cristina Fernández y hasta hace poco manejó todos los vínculos políticos de la empresa, en especial con los gobernadores; entre ellos, Scioli.
Fue una de las principales promotoras de Galuccio, pero abandonó esa postura hace tiempo.
Ni hablar del neuquino Sapag a quien se lo menciona como posible ministro de Energía de una futura presidencia de Scioli, con quien Galuccio no pretende compartir nada.
Pero más allá de los problemas del ingeniero (ver notas relacionadas), Galuccio quiere quedarse.
Tiene una relación cordial con Mauricio Macri. Se vieron varias veces.
Pero es el vínculo con el mismísimo Macri su única garantía para seguir si gana Cambiemos. El jefe de gobierno porteño designó al frente de los equipos de energía a Juan José Aranguren, ex líder de Shell. Galuccio podría convivir con él. Lo prefiere antes que a otros como Carlos Bulgheroni, con quien hace dos años tiene una pelea tácita.
Aranguren charló el tema con quienes lo consultaron.
Cree que la gestión de Galuccio fue buena al principio, pero luego perdió brillo al confundir intereses de la empresa con los del Gobierno. Si fuese su decisión, lo cambiaría. Pero está dispuesto a aceptarlo por un pedido de Macri, quien le reconoce ciertas virtudes.
En ese caso, Aranguren ordenará una auditoría sobre todo lo actuado por YPF.
Lo cierto es que aún nadie sabe qué pasará. El único que fue claro al respecto fue Sergio Massa quien rechaza sin vueltas la conducción de Galuccio.
Sin embargo, todo parece indicar que no habrá superpozo petrolero que lo salve.
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