"Lo que estamos viendo es básicamente la evaluación de los efectos en el tiempo a través del tipo de montaña que debamos construir. Lo alta que debe ser y cómo tendrían que ser sus pendientes", detalló el científico del NCAR e investigador principal, Roelof Bruintjes, a Arabian Business.
"Tendremos un informe de la primera fase en los próximos meses", continuó. En este sentido, se enviaron US$400 mil en febrero/2015 a la Universidad para la Investigación Atmosférica que, con ayuda del Centro Nacional de Meteorología y Sismología (NCMS), propondrá "un estudio detallado de modelado sobre la evaluación de los efectos de la construcción de una montaña en el tiempo".
Si bien no está determinado el lugar, Bruintjes aclaró: "Si es demasiado caro para, lógicamente no se realizará, pero esto les dará una idea de qué tipo de alternativas hay para el futuro y a largo plazo".
En cambio, "si se aprueba, la segunda fase sería la de ir a una empresa de ingeniería y decidir si es posible o no".
Se trata de un nuevo desafío a la naturaleza por parte de los árabes, quienes ya han encarado otros caprichos como islas, rascacielos que desafían la gravedad y otros proyectos por demás ambiciosos.
De aprobarse, ¿se podrá apreciar en el Mundial Qatar 2022?
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