Luciano Arruga |
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En un fallo unánime, el Tribunal Oral Criminal 3 de La Matanza condenó a 10 años de prisión al ex policía bonaerense Julio Diego Torales, acusado de torturar a Luciano Arruga el 22/09 de 2008.
Se trata del mismo joven cuyo cadáver fue hallado en octubre de 2014 enterrado en una tumba NN en el cementerio de la Chacarita, tras permanecer desaparecido más de 5 años.
"Durante el juicio, quedó comprobado que a Luciano lo tuvieron detenido más de 10 horas en el destacamento siendo menor de edad" había dicho más temprano Vanesa Orieta, su hermana, minutos antes de conocerse el veredicto.
El condenado llegó al tribunal esposado y de traje, como en todas las audiencias. Una vez que estuvo en la sala de audiencias, entraron los jueces y leyeron los fundamentos del fallo condenatorio.
Los jueces encontraron culpable al ex uniformado por ser responsable de "tormentos físicos agravantes" contra el adolescente, de 16 años, en la cocina del entonces destacamento policial de la localidad bonaerense de Lomas del Mirador.
La Fiscalía y la querella habían pedido que Torales fuese condenado a 16 años de prisión, mientras que la defensa planteó la absolución. Para el fiscal, además de Torales, hubo otros dos policías que torturaron a Arruga, pero hasta el momento no pudieron ser identificados.
Acerca del "elenco probatorio", señaló que "el principal" fue Luciano Arruga porque "marcó el camino hacia la verdad, tuvo que vencer miedos y su propia muerte". "Nos habló a través de su madre (Mónica Alegre), que no dio vestigios de venganza ni de odio, y otra vez Luciano volvió a hablar a través de la hermana (Vanesa Orieta), que declaró que le dijo que lo sacaran de ahí porque le estaban pegando", afirmó el fiscal José Luis Longobardi.
Acerca de las heridas sufridas por Arruga, el representante del Ministerio Público hizo hincapié en que la médica que lo vio al llegar al destacamento certificó que no tenía lesiones, pero otro profesional del Policlínico de San Justo que lo revisó al salir estableció que tenía un golpe en la cara.
Finalmente, consideró como un atenuante la falta de antecedentes de Torales, y agravantes la condición de menor de Arruga y que estaba en inferioridad de condiciones ante tres policías.
A su turno, los abogados del particular damnificado coincidieron en general con el fiscal. El debate oral comenzó la semana pasada y se extendió por tres audiencias de testimoniales y un día destinado a los alegatos
Según se supo durante en el juicio, a Luciano lo detuvieron dos policías en la esquina Bolívar y Perú por averiguación de antecedentes. Buscaban al responsable del robo de un celular. Lo requisaron sin testigos y, según la versión policial, le encontraron el teléfono.
La querella tildó este procedimiento inicial de “dudosa legalidad”. Tras la detención, lo llevaron al destacamento de la calle Indart. Estuvo 9 horas en un lugar que no estaba habilitado para detenciones.
En ese momento ya regía la resolución 1623/04 del Ministerio de Seguridad bonaerense que establece que los menores no deben ser alojados en comisarías.
Luciano pudo irse después de que su mamá volviera con la partida de nacimiento en la mano. Cuando se iba, alcanzó a señalar a Torales: “Vos me pegaste mientras dos me sostenían”. Volvió rengueando al barrio. Así lo vieron llegar sus amigos tras la detención. Su hermana lo convenció para que fuera al Policlínico de San Justo a hacerse ver las heridas: allí el médico Gabriel González certificó "un traumatismo en la región facial del lado izquierdo".
El chico le contó a su hermana cómo lo obligaron a comer un sándwich escupido y también la manera en la que lo amenazaron con llevarlo a la comisaría 8va donde lo violarían.
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