miércoles, 13 de mayo de 2015

EL POMBERO O CUARAHÚ YARÁ (DUEÑO DEL SOL)

MITOS Y LEYENDAS 


Según me ha comunicado el agrimensor nacional señor Juan Queirel, en algunas partes de Corrientes tienen la leyenda del Cuarahú Yará (dueño del sol) o Pombero, que no es, a mi modo de ver sino una modificación de la Yasí-Yateré, como la de Caá-Porá lo es de la Caá-Yarí.



El Pombero o Cuarahú Yará es un hombre alto y delgado, que lleva un grandísimo sombrero de paja, y una caña en la mano, y así recorre los bosques a la siesta, cuidando de todos los pájaros, pues es su protector. 

Si a esa hora halla muchachos entretenidos en cazarlos los arrebata y se los lleva; de modo que las criaturas, por temor de él, no se alejan de los ranchos y sus padres pueden dormir tranquilamente la siesta, sin cuidado de que nada les suceda.

En el Chaco creen que el Pombero es un compañero invisible con el cual se puede hacer trato, y así él acompañará a su amigo por todo y en todo, librándolo de peligros.

Muchas veces, según sea necesario, puede aparecerse en forma de indio, de un tronco, de un camalote, de acuerdo con las funciones que debe prestar.

 También silba como pájaro; en cambio es necesario hablar muy poco y en voz baja de él y ofrendarle de noche, dejando fuera del rancho tabaco u otras cosas.

Es muy parecido al Duende, pero a diferencia de aquel, se lo ha visto muy pocas veces. Tiene los pies al revés para dificultar su búsqueda. Puede tomar la forma de cualquier animal.

Según Bossi, a la distancia parece un carpincho parado en las patas traseras, sus ojos no son como los nuestros, sino chatos, como los del sapo, y con cejas de pelo largo. Mira fijo igual que las lechuzas. Tiene la boca grande y alargada y sus dientes son muy blancos.

Se dice que es el dueño de los pájaros y del sol y señor de la noche. Sale a pasear en los meses de Octubre y Noviembre, cuando empieza el calor (en el N.O. y N.E.).

Cuentan que una vez, el Pombero se enojó con un hachero de la provincia de Formosa: Marco Gavasa, lo sacó del rancho con cama y todo durante la noche y lo dejó en medio del monte. Esto mismo se repitió durante varias noches hasta que una vuelta lo golpeó y lo dejó paralítico.

Marco Gavasa murió a los 86 años en el año 1972. Quiere a los chicos buenos y golpea a los malos.

Cuando uno le imita el grito o el silbido, éste le contesta en forma enloquecedora. Dicen que se lo ahuyenta con ajo.

Por su parte nos han contado que en Corrientes la historia es un poco distinta, allí es más parecida al duende norteño, pues es un petiso narigón con gran sombrero aludo y con gran dote masculino que aparece en los bananales a la siesta y suele perseguir en especial a las niñas.

Apodado el duende sombrerudo o señor de la siesta a los niños se les hace dormir después del almuerzo para evitar encontrarse con él.

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