Los jugadores de River fueron rociados con gas pimienta en la manga antes de salir a disputar el segundo tiempo del superclásico frente a Boca en la Bombonera por los octavos de final de la Copa Libertadores (Foto: Noticias Argentinas)
En medio de los tumultos tras la agresión a los jugadores de River, el presidente del ‘millonario’ Rodolfo D’Onofrio ingresó a la cancha y pidió que el plantel se vaya. Se fue custodiado e increpado incluso por el DT Arruabarrena.
Los hinchas tiraron bengalitas al campo de juego mientras ingresaba también Juan Carlos Crespi también increpando a la dirigencia ‘millonaria’ por querer retirar al equipo de la cancha.
En tanto, los hinchas intentaron retirar la manga hacía adentro y empezaron a romperla. También ingresan drones con la bandera riverplatense con la inscripción 'son de la B'.
Los árbitros terminaron preguntándole a los productores de la televisión por la aparición de los aparatos. El dron fue a la popular más baja del estadio y era manejado por un hincha que lo tomó y lo guardó.
Kranevitter, Vangioni, Funes Mori y Ponzio eran los más afectados por el gas, tenían quemaduras, lloraban y no querían seguir jugando.
Entraron auxiliares de River y le alcanzaron botellas de agua a los jugadores. Médicos que llegaron a atender a los afectados recomendaron que no sigan jugando, pero nadie tomaba la decisión de finalizar el encuentro.
“Tengo todos los ojos brotados, no puedo ver”, decía Funes Mori con el rostro hinchado. Ponzio era el que más sufría los efectos del gas. Según versiones de los dirigentes de River, en los ventiladores de las mangas los hinchas de Boca arrojaron estrellitas, bengalas y gas pimienta.
La pirotécnica fue la que causó las quemaduras a varios jugadores.
Imágenes de la Televisión Pública mostraron a una persona con barba, pelo oscuro y campera blanca que mete la mano en el ventilador del cual salen destellos.
Tras más de una hora de idas y vueltas, la terna arbitral y el representante de la Conmebol se reunieron en el campo de juego para adoptar una resolución con respecto al partido. Luego hablaron con los jugadores mostrando gran indecisión.
Tanto los árbitros, como los dirigentes del Conmebol y el Comisario Deportivo desligaban las responsabilidades sobre la continuidad del partido. Al final se anunció oficialmente por los altoparlantes que la Conmebol había decidido la suspensión del encuentro.
Será ahora esa Confederación la que resuelva la sanción a Boca y cómo sigue el partido. Tras el anuncio, quedaron los jugadores en la cancha mientras se retiraban los hinchas. Los de River esperaban garantías para retirarse, los de Boca tampoco se iban.
Será ahora el Tribunal de Penas de la Conmebol el que deba resolver el bochorno en la cancha de Boca.
Hay antecedentes de dureza en las penas que aplicó la Confederación, aunque fue llamativa la demora que mostró este jueves (14/5) en tomar una decisión sobre el partido.
Algunos antecedentes:
Alianza Lima fue multado con 150 mil dólares y con tres partidos “a puertas cerradas” en febrero pasado por el uso de bengalas. En 2013, Vélez Sarsfield tuvo que jugar 1 partido sin público tras incidentes protagonizados por su hinchada en un juego ante Peñarol en Montevideo.
Peñarol, en el mismo año, tuvo que pagar una multa de 14.000 dólares. Similar a lo aplicado al club brasileño Corinthians tras la muerte de un hincha boliviano en un encuentro por el grupo cinco de la Copa Libertadores en la ciudad de Oruro.
Y en 2014, por manipular bengalas en el Nuevo Gasómetro en la final de la Copa Libertadores y por cánticos xenófobos, San Lorenzo tuvo que jugar un partido a puertas cerradas y pagar 100.000 dólares de multa. Por último, una mancha para la gestión Angelici, que seguramente se quedará sin Copa en un año electoral para Boca.
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