(m1) - La fuerza de seguridad pudo acceder a los datos del teléfono de la víctima a través de una computadora. Según miembros de la investigación, Nahir Galarza habría manipulado el aparato antes del crimen.
Días antes de morir asesinado por su novia, el joven Fernando Pastorizzo había cambiado las claves de su teléfono celular con el único fin de que Nahir Galarza no tuviera acceso a parte de su intimidad.
De tal manera, los peritos judiciales de la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos, no podían descifrar la clave para acceder a la información del móvil y así conocer los detalles de los últimos días de vida de la víctima.
El joven de 20 años tenía un teléfono marca Motorola que lo había bloqueado mediante tres técnicas: el registro de su huella digital, un gráfico (un dibujo geométrico deslizado en la pantalla con su índice) y un PIN para la mensajería instantánea.
"Era un dibujo complejo, como un garabato", dijo un experto en seguridad informática que trabaja en la causa.
Finalmente, este viernes (por ayer) pudieron ingresar al celular a través de la computadora de Pastorizzo.
Una de las hipótesis que se evaluaban era la de acceder a través de la nube de Google que realiza automáticamente un buck up guardando todas las fotos y videos recibidos en las redes sociales o el WhatsApp.
Además, a través de la computadora podrían llegar a ingresar a las redes sociales y chequear si algún material fue borrado. Todos los detalles pertenecen a la información confidencial que maneja la Justicia y no fue revelado hasta el momento.
Amigos de Pastorizzo explicaron que días antes del crimen, el joven había cambiado sus claves, ya que su novia le había descifrado la anterior y habría manipulado el teléfono de Fernando, especialmente en las redes sociales.
"Los mismos amigos de él dijeron que días antes del crimen ella le descubrió el gráfico y el PIN, y accedió a una foto que la subió a un grupo de WhatsApp y le borró contactos, por lo que la víctima cambió todas las claves de acceso que ellos conocían", contó un especialista.
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