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El Gobierno venezolano ha declarado persona non grata al embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández, por las "continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos de nuestro país por parte del Gobierno español".
"El Gobierno Bolivariano de Venezuela ha decidido declarar persona No Grata al Embajador del Reino de España, Jesús Silva Fernández", reza el comunicado publicado por el canciller venezolano, Jorge Arreaza.
El régimen de Nicolás Maduro ya había llamado a consultas al embajador venezolano en Madrid, Mario Isea, un gesto que supone un nuevo desafío no solo a España, sino también a la comunidad internacional, por las críticas a la deriva del chavismo.
La decisión se debe a lo que el canciller del país caribeño considera una "agresión injerencista y colonialista" del Gobierno de España, según ha anunció este en Twitter.
En el comunicado del ministro de Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, el Gobierno del país expresa "su categórico rechazo" a las declaraciones de Mariano Rajoy del 24 de enero sobre "las medidas restrictivas, contrarias a los más elementales principios del Derecho Internacional, que ha aplicado de manera errática y unilateral la Unión Europea contra altos funcionarios y jefes de poderes públicos venezolanos".
El Gobierno Bolivariano de Venezuela ha decidido declarar persona No Grata al Embajador del Reino de España, Jesús Silva Fernández, en virtud de las continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos de nuestro país, por p arte del Gobierno Español: pic.twitter.com/f2WbL53pOf
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) 25 de enero de 2018
Caracas acusa a Rajoy de haber recibido "infames instrucciones" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante el encuentro que ambos mantuvieron el pasado 26 de septiembre en Washington, para así "someterse a sus designios con respecto a Venezuela, comprometiéndose a asumir el liderazgo de la conspiración en Europa".
El ministro español Alfonso Dastis, respondió a la expulsión y este mismo jueves desde Davos, donde asiste a este foro mundial, para anunciar que este viernes llevará una propuesta al Consejo de Ministros para tomar "medidas de reciprocidad proporcionadas" que en lenguaje diplomático clásico significa que España hará con Venezuela algo muy similar a la expulsión de su embajador en Madrid, Mario Isea.
El jefe de la diplomacia española insistió mucho en la idea de la "proporcionalidad" para acusar al líder de Venezuela, Nicolás Maduro, de no actuar con la misma medida. Dastis lamentó la expulsión de Venezuela del embajador de España, Jesús Silva, al que el canciller de ese país adelantó esa actuación en la noche del miércoles 24/01, aunque Exteriores no tiene constancia aún de en qué plazo concreto.
Dastis insistió en que al margen de lo que en su día haga en conjunto la Unión Europea ahora España tendrá que adoptar "alguna reacción bilateral".
Las idas y vueltas de diplomáticos son una constante entre España y Venezuela desde la llegada del chavismo al poder en 1999. El embajador Silva se había destacado desde su llegada por su defensa del Parlamento frente a las embestidas de los poderes revolucionarios.
Maduro retrasó durante varios meses la recepción de sus credenciales, que finalmente aceptó en agosto del año pasado. Su predecesor, Antonio Pérez Hernández, afrontó dos llamadas a consultas del Gobierno de Madrid durante su estancia en Venezuela.
El Gobierno de Maduro aprovechó su anuncio para atacar otra vez al Gobierno de Madrid, responsable de estar al frente de uno de los países más "desiguales de Europa".
"Son incontables los desahucios diarios, que le niegan el derecho a la vivienda a decenas de miles de familias humildes, para favorecer a la banca y empresas inmobiliarias; cuenta con las tasas de desempleo más alarmantes de Europa, entre las más altas del mundo, especialmente en lo referente al empleo juvenil, que se traduce en desesperanza para las nuevas generaciones españolas; se han descubierto escandalosos casos de corrupción de miembros del partido gobernante, incluyendo sobresueldos y prebendas desvergonzadas acordadas a espaldas de la ciudadanía", destaca el comunicado.
En él también se insiste en "la represión policial para secuestrar el derecho a decidir del Pueblo de Cataluña, así como la judicialización de la política para perseguir y encarcelar a quienes difieran de la posición oficial, cerrando cualquier opción de diálogo civilizada con sus adversarios; ni hablar del desmoronamiento estructural de los servicios de sanidad y seguridad social".
Maduro tomó partido por los independentistas desde el primer momento, aunque finalmente no reconoció la república catalana.
En cambio, el Gobierno bolivariano aprovecha la nueva crisis diplomática con España para defender sus políticas económicas y sociales, inmerso ya en una precampaña para las elecciones presidenciales convocadas por una Asamblea Nacional Constituyente que no reconocen la gran mayoría de los países europeos.
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