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| Foto: AVN archivo |
(U24) - Cómo si se tratara de una estrategia de guerra, y de siempre mantener el juego a su favor, por temor quizás a asumir responsabilidades. El Gobierno venezolano, que encabeza Nicolás Maduro, pero parece dirigir su llave Diosdado Cabello, acaba de dar la orden al Consejo Nacional Electoral (CNE) para adelantar las elecciones presidenciales prevista para finales de año, a través de la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente electa a mediados de 2017, para desarticular y dejar en jaque mate al sector de la oposición.
La solicitud que fue presentada por Diosdado Cabello ante la ANC fue aprobada unánimemente este martes 23/01/2018, lo que obliga al país caribeño y al viciado CNE, ejecutar las elecciones presidenciales antes del 30 de abril, es decir en 3 meses.
Todo esto se genera, cuando la oposición venezolana está completamente desarticulada y sin liderazgo, luego de desorden direccional que marcó el rumbo electoral el año pasado y sin resultados del diálogo en República Dominicana.
Entre la disyuntiva de participar o no en elecciones amañadas, por parte de la oposición, y luego de las protestas que dejaron 150 muertos en todo el país, el chavismo-madurismo se hizo con las gobernaciones, alcaldías y municipios de casi todo el país, tiñendo de rojo nuevamente el mapa político venezolano.
A principio de año, varios personajes que adversan al régimen solicitaban para el mes de febrero la realización de elecciones primarias, con la finalidad de que todos los bloques que están en contra del actual gobierno, de paso con tintes dictatoriales, fuesen unidos como fuerza política bajo un solo candidato.
Sin embargo, y ante esta poco sorprendente estrategia, el rumbo de esas elecciones está por verse y de seguro la oposición tendrá que llegar a un consenso par a escoger a su “caballo de batalla”. Este adelanto de las presidenciales, que solo le conviene al régimen actualmente instaurado, deja más claro que nunca que el temor por dejar la primera magistratura del país en manos alguien que puedan hacer algo por el pueblo de Venezuela, para amortiguar el descalabro ocasionado, no es una opción.
Y para impedirlo se han armado maniobras fascistas para que “casualmente” el chavismo-madurismo siempre tenga el juego a su favor. Cabe destacar, además, que la Asamblea Nacional Constituyente de suprapoderes sobre el Estado establecidos en la Constitución actual, fue electa de forma fraudulenta irrespetando el derecho a la representación de todos los sectores de la sociedad.
No conforme con esto, el presidente de Samrtmatic, la compañía de voto electrónico encargada de los medios para sufragar en Venezuela, denuncio que las actas arrojadas en los escrutinios no coincidían con los datos dados por el CNE la noche de la elección de la ANC, lo que hace vulnerable al “sistema de votación más seguro del mundo”, según palabras del difunto Chávez.
Sin duda, el ambiente es tenso en Venezuela, no solo la falta de víveres y medicamentos, sino ante la posibilidad tangible de un nuevo período de este nefasto régimen, que ha marcado la crisis más espantosa en la historia contemporánea de Venezuela bajo el lema de “patria, socialismo o muerte”, Slogan que fue revindicado la pasada semana con el ajusticiamiento extraoficial del piloto en rebelión Óscar Pérez y su grupo llamado Resistencia, en un claro mensaje de que “estás con la revolución o no estás”.
Viendo este terrible panorama, marcado por el índice inflacionario más alto del mundo, la desnutrición, la tasa de pobreza extrema, la falta de medicamentos y alimentos, y la negación de darle al venezolano poder adquisitivo en el país con las reservas comprobadas de petróleo y minerales más grandes del mundo, abre el paso a las siguientes interrogantes: ¿Por qué teme el régimen del chavismo-madurismo dejar el poder? ¿Les interesa Venezuela o solo se están cubriendo las espaldas? ¿No es suficiente el daño que han hecho?
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