José ALMEÍDA |
Gallardo cuidó a sus principales piezas pensando en la Copa Libertadores pero el goleador estuvo intratable y River goleó 5-1 a Rafaela. Guido Rodríguez coronó la goleada y Barboza había descontado para el local.
Con este triunfo, el Millonario sigue a tres puntos del líder Boca. Todo lo que a Rafaela le costaba cuatro o cinco pases, Fernando Cavenaghi lo resolvía con un par de toques. Goleador de raza, el delantero se puso al hombro un equipo integrado por mayoría de jugadores que no suelen ser titulares, aunque con Javier Saviola como compañero de lujo en el ataque. Y armó un festival con cuatro festejos para una noche histórica en el cierre de su exitosa carrera. Hasta que apareció el goleador, el partido había sido muy parejo. Rafaela tuvo un par de chances con remates desde afuera y exigió a Julio Chiarini, que no estuvo firme como otras veces.
Con el Polaco Bastía como eje en el medio y con Andrada como faro de ataque, generó peligro y estaba más cerca del primero. Pero Cavenaghi hizo fácil lo difícil. A los 27 minutos, bajó a pivotear con Mayada, el uruguayo abrió con Solari, que tocó atrás para Pablo Carreras. El pibe mandó un buen centro de primera, que peinó Mayada en el primer palo y coronó el goleador en el segundo. Golazo.
Y dos minutos más tarde, en el lugar justo y en el momento indicado, el delantero capturó el rebote en el palo tras un zurdazo de Leandro Vega y puso de cabeza 2-0. El descuento de Alexander Barboza de cabeza (desacople defensivo de River que no marcó en la segunda jugada tras un tiro libre del costado) puso a Rafaela cerca en el resultado, aunque esa distancia siempre fue mucho más amplia en el trámite.
En los metros finales, los delanteros locales se nublaban ante cada posibilidad y enfrente Cavenaghi disfrutaba en su escenario predilecto, el área chica. Y quedó en evidencia en la jugada del tercer gol. Atacó la Crema por derecha, llegó el centro cruzado e Ignacio Pussetto le dio mordido, con un zurdazo débil que fue a parar a las manos de Chiarini. De ahí nació el 3-1.
Toques rápidos con Ponzio y Tomás Martínez. La pelota llegó a Mayada, que enganchó bárbaro en el costado izquierdo del área y metió un centro bombeado para que Cavenaghi la empujara al gol. El show de Cavenaghi no paró ahí. Otra vez apareció en el lugar justo para coronar un gran contraataque y poner su cuarto gol. Nada más y nada menos.
Histórica noche del delantero que tantas críticas sufrió en los últimos tiempos. Ya sin el papel principal, con menos velocidad, con algunas ventajas falencias físicas pero con la misma efectividad que en sus mejores tiempos. Cavenaghi no dejará nunca de ser goleador.
Y lo demostró en Rafaela. El gol de Guido Rodríguez selló el 5-1 (asistencia de Cavenaghi) que deja a River al acecho, a tres del líder Boca. Pero fue la noche del goleador, la revancha del goleador. El que se iba a ir, el que no tenía lugar, el que parece empezar a colgar los botines. El que llega siempre puntual a la cita con el gol. www.clarin.com
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