LATINOAMÉRICA / INFORME
Entre 2004 y 2015, Venezuela, el país con las mayores reservas de crudo del mundo, recibió US$ 750.000 millones, según cifras oficiales. Esa cantidad duplica el PIB 2014 de la vecina, y próspera, Colombia.
Pero el gobierno de Nicolás Maduro sostiene que entre 1999 y 2014 el chavismo destinó US$ 717.900 millones a la inversión social, casi 9 veces más que en el período 1983-1996.
¿Dónde puede apreciarse la inversión social? ¿Hay mayor deterioro de la inversión social que la hiperinflación? ¿Qué empleo brinda a los venezolanos esa supuesta inversión social voluminosa?
El precio del petróleo venezolano tuvo un máximo de US$ 103,42 por barril en 2012, año en que las importaciones totalizaron US$ 66.000 millones, de los cuales US$ 52.600 millones correspondieron a compras no petroleras.
Pero el barril de crudo se encuentra por debajo de los US$ 35.
Pese a la bonanza pasada, las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela se han reducido a casi a la mitad desde 2012: US$ 15.050 millones.
La deuda externa ascendía a US$ 250.000 millones en abril de 2015, según la firma Ecoanalítica. Durante el ejercicio 2015, el gobierno socialista desembolsó US$ 27.000 millones sólo para el pago del servicio de su deuda externa, según el presidente Nicolás Maduro.
Las deudas comerciales acumuladas rondan los US$ 12.500 millones, lo que ha espantado a muchos proveedores, agravando el desabastecimiento.
El déficit público está entre 18 y 20 puntos del PIB, según consultoras privadas.
Parte del déficit se ha financiado con la emisión inorgánica de dinero, estiman los economistas.
Maduro afirma que la inflación, la escasez y demás distorsiones son herramientas de una guerra económica que pretende expulsarlo del poder.
El presidente Maduro anunció el 17/02 un conjunto de medidas para combatir la crisis económica en ese país, entre las que destacan el aumento del precio de la gasolina y una devaluación del 37% de la moneda venezolana.
Las medidas van en la dirección correcta, pero no alcanzan para cambiar las causas estructurales de que el país tenga la inflación más alta, la recesión más profunda, y la escasez más acuciante del mundo.
Para el portal CaracasChronicles, se trata de reformas a medias tintas, que pueden ser consideradas un ajuste pero en la realidad harán poco para de hecho ajustar la economía.
Entonces Maduro, explican, deberá pagar el costo político del ajuste sin obtener ninguno de los beneficios.
“El discurso de Maduro fue pura grasa y nada de proteínas”, explica Juan Cristobal Nagel, de ese portal.
“Siempre supimos que estábamos siendo gobernados por lunáticos, pero ahora podríamos tener entre manos algo mucho peor: estamos siendo gobernados por lunáticos que de hecho se creen el espejismo de que están siendo inteligentes”, agrega.
Algo que es aún más grave: Maduro conseguirá que los venezolanos asocien las medidas al dolor y no a beneficios. El sucesor de Hugo Chávez “le está dando al ajuste un mal nombre” en la República Bolivariana, explica el CaracasChronicles.
LA MEDIDA MÁS IMPOPULAR
¿Cuáles son las medidas tomadas por Maduro?
Por empezar, subió el precio del combustible. Probablemente esta sea la medida más impopular que puede tomar un mandatario venezolano. En 1989, un aumento de su precio fue uno de los detonantes del 'Caracazo', una ola de disturbios y saqueos que terminó con cientos de muertos en la capital venezolana, según recuerda el portal de la BBC.
El Gobierno dice que destina US$ 12.500 millones al año en abastecer la demanda interna de gasolina, lo que genera todo tipo de desequilibrios fiscales. La nafta costará ahora 1 bolívar por litro para la de 91 octanos y 6 bolívares para la de 95, que es la que usa un 70% de los conductores, según cifras oficiales.
Se trata de un aumento del 1.328% y el 6.085%, respectivamente. El incremento, según varios venezolanos, aumentará los precios de transportes y, por consiguiente, de todos los bienes y servicios.
Según el CaracasChronicles, si bien en teoría la medida es positiva, en la práctica se trata de un ajuste temporal que no hará nada por zanjar el problema fiscal causado por 30 millones de consumidores gratuitos de gas en Venezuela.
Además, más allá del ajuste, Maduro mantiene el gas en precio fijo, lo que en un contexto hiperinflacionario, significa que en unos meses se estará en la misma situación, y el Gobierno se verá forzado a seguir subiéndolo.
“En lugar de cambiar la manera en que se fija el precio del gas, redobló el status quo al solo cambiar el precio actual”, explica Nagel, del CaracasChronicles.
PAÑOS DE AGUA TIBIA PARA UNA INFLACIÓN DEL 140%
Otro de los mayores cambios dispuestos por el Presidente venezolano es una reestructuración del sistema de cambio de divisas, que en concreto representa una nueva devaluación, según la BBC.
Sin embargo, no fue erradicado el control de cambios ejercido por el Gobierno.
Los 2 tipos de cambio que había (6,3 bolívares para algunas compras y 12 para otras) se unificaron en 1 sola tasa de 10 bolívares por dólar que, se supone, podrá fluctuar. Una tasa separada de flotación, de alrededor de 200 bolívares, se mantendrá.
Para el CaracasChronicles, sin embargo, habrá que esperar a ver qué proporción de dólares son vendidos a cada tasa para saber si hay devaluación o no.
Entre otras reformas, ocurrió un aumento del salario del 20%, el ajuste de precios de los productos regulados y una reforma al sistema alimentario.
Los productos regulados (alrededor de 100), tienen un precio inferior al del mercado, que hacen que la demanda sea infinita, explica la BBC.
Ahora el Gobierno parece estar dispuesto a aumentarles el precio, en palabras de Maduro, “con base a su precio real”.
De nuevo, aquí el problema parece ser el contexto hiperinflacionario.
Al aumentar el precio pero luego mantenerlo fijo en el nuevo nivel, el ajuste podría resultar irrelevante dentro de unos pocos meses. Una de las frases más llamativas durante las 4 horas de alocución presidencial fue: “El Abasto Bicentenario se pudrió.”
Maduro estaba haciendo referencia a una de las redes principales de supermercados del Estado, resultado de varias expropiaciones que ordenó Chávez hace unos años.
Según el portal de la BBC, funcionarios de los Abastos Bicentenarios fueron arrestados por presuntamente participar de una red de corrupción que aprovechaba el acceso a bienes de precio regulado.
Para rediseñar el sistema alimentario -la distribución y venta de alimentos por parte del Estado-, Maduro anunció la creación de una corporación dedicada al tema y la intervención de las otras redes de mercados estatales, Mercal y PDVAL.
Por otro lado, los aumentos de los salarios son, según varios consultados por la BBC, paños de agua tibia, conuna inflación de más del 140% anual.
“LOS HITS DEL CHAVISMO”
A pesar de señalar como inefectivas e improductivas las medidas, el Caracas Chronicles destacó algo de Maduro: se presentó él mismo para dar la mala noticia.
Hugo Chávez solía mandar a alguien a dar la cara por él cuando le tocaba anunciar algo que sabía que iba a molestar a más de uno.
A juzgar por el tono de su voz y el miedo en su cara, explica el portal, Maduro sabía que enfadaría a más de uno con sus anuncios. Rodeado por, no 1, sino 3 retratos de Simón Bolívar, Maduro “hizo una performance para la historia”, explica el Caracas Chronicles.
“Divagante, coloquial, demente y demasiado largo”, su discurso resultó una compilación de “los mejores hits del chavismo”, fue la conclusión.
Si bien muchas de las medidas van en la dirección correcta, afirma el portal, les falta profundidad como para cambiar algo. “El modelo que es la causa raíz de nuestra desesperación, se mantiene firmemente en su lugar”, según Nagel, “todo lo que (Maduro) hizo hoy fue cambiar unos pocos precios relativos.”
El semanario británico The Economist apunta en la misma dirección: aún con los cambios introducidos, Venezuela sigue sin tener un plan concreto sobre cómo va a hacer para pagar sus deudas. Ya no se trata de una cuestión de si entrará en default o no, sino que simplemente se trata de cuándo pasará eso, según le comentó a la revista, Russ Dallen, del banco de inversión Latinvest.
REZANDO Y REZANDO POR EL PETRÓLEO
La única apuesta de Maduro en este momento parece ser rezar por que el precio del petróleo se recupere. El viernes 26/02, Venezuela debe pagarle US$ 2.300 millones a distintos fondos e inversionistas.
Se cree que Venezuela hará ese pago, pero después de eso, el riesgo de un default en la deuda de US$ 64.000 millones en bonos en moneda extranjera que tiene el país, crecerá agudamente.
En la 2da. mitad de 2016, el Gobierno de Venezuela y PDVSA, la compañía estatal petrolera, le deben pagar US$ 6.000 millones a los bancos de crédito.
Con el petróleo a US$ 25, la única fuente de ingresos en moneda extranjera del país se está empezando a agotar.
A este precio, Venezuela ganaría US$ 22.000 millones en exportaciones este año, una caída del 77% con respecto a 2012. El Gobierno ha respondido con más recesión, restringiendo las importaciones a la mitad.
Si el barril de crudo llegara a US$ 47 en junio, tal como vaticina Bank of America Merrill Lynch, ¿podrá distenderse una parte de la crisis en Venezuela? Esa es la apuesta de Maduro, y por ese motivo envió gente a Teherán a pedirle a los iraníes que acepten el entendimiento entre Rusia y Arabia Saudita de no aumentar más la producción y así fijar, al menos, un piso al precio del barril de crudo.
“Eso -explica The Economist-, combinado con el control de los precios y un sistema bizarro de múltiples tasas de cambio, ha llevado a que haya escasez en productos básicos como arroz y papel higiénico.
Es difícil imaginar cómo las importaciones podrían ser reducidas aún más sin causar una explosión social.” Aún con las importaciones en los niveles más bajos, se espera que Venezuela tenga un déficit de financiación de más de US$ 30.000 millones este año.
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